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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Los premios Príncipe de Asturias - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
El pasado 26 de octubre, en Oviedo, se entregaron los premios Príncipe de Asturias 2012 que, desde 1981, son otorgados anualmente a quienes se destacan en las artes, las ciencias sociales, la comunicación, la cooperación internacional, la investigación científica, las letras, los deportes y la concordia.
La otorgación de estos premios es reconocida por la Unesco por su “excepcional aportación al patrimonio cultural de la humanidad”. En efecto, los galardonados, en sus distintas versiones, fueron –y aún son– exponentes brillantes en sus campos de actividad. Algunos, como Mario Vargas Llosa y Camilo José Cela, también lograron el Premio Nobel de Literatura.
No es un secreto que España se debate en una grave crisis económica. Sufre, en especial, de un altísimo índice de desocupación que, seguramente, es lo que más aflige a sus ciudadanos. En estas circunstancias, sin embargo, los españoles acaban de mostrar su decisión de continuar reconociendo la excelencia en las artes, las ciencias, la cooperación y el deporte.
La ceremonia anual de entrega de los galardones, considerada como uno de los actos culturales más importantes de la agenda internacional, este año fue sobria pero intensa por su significado; tuvo un especial mensaje de esperanza en tiempos difíciles. El discurso central, como es ya tradicional, pronunciado por el presidente de honor de la Fundación Príncipe de Asturias, don Felipe de Borbón, fue expresión del ánimo de superar la adversidad.
Don Felipe dijo que “los representantes políticos tienen legítimamente la gran tarea de encauzar y dar respuesta a los graves problemas que vivimos, especialmente a los derivados de la crisis económica” y que “afrontar las adversidades requiere también un compromiso de todos; un espíritu de colaboración compartido… el pesimismo, la resignación o el desaliento no nos acercan a la solución… no es nada fácil para muchos ciudadanos mantener alto el ánimo”. Una de sus recomendaciones centrales fue la de no olvidar el pasado y, por supuesto, las raíces culturales de un pueblo diverso, como el español.
“La crisis económica actual –dijo don Felipe– nos obliga, además, a una reflexión rigurosa orientada a que ese espíritu colectivo recupere, también, valores extraviados en los últimos tiempos, aunque nunca definitivamente perdidos. Hoy, aquí mismo, nos hemos acercado a los ejemplos de generosidad, integridad, esfuerzo y excelencia que representan nuestros premiados. Son valores que dignifican a las personas y a sus obras”.
Sin duda hay una enseñanza por recoger. Se trata de reconocer que la diversidad debe ser, antes que un factor de desunión, un punto de partida para el empeño conjunto de edificar una sociedad integrada y feliz.
No se trata, entonces, de sobreponer culturas y tradiciones en una misma patria. Nuestro imperativo en Bolivia es recuperar el respeto mutuo, convergente y, al fin, unificador que fortalezca lo que se ha venido a llamar el alma nacional.
Si de convivencia cultural se trata, las diversas nacionalidades de los galardonados (los de antes y los de ahora) por el Premio Príncipe de Asturias es muestra no solo de tolerancia –que la hay–, sino de que se tienden puentes para la búsqueda conjunta de recuperar esos valores temporalmente extraviados, eso sí, con la “ética (que) es la mejor herramienta para proteger la riqueza de las naciones, su creatividad, sus peculiaridades y su capital social”. (Tzvetan Todorov, Premio de Literatura Príncipe de Asturias, 2008).
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