Cuadro histórico del activismo ambiental

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La Filosofía Ambiental es una corriente relativamente nueva, nació a principios de los años setenta del siglo pasado, como arma de defensa de la sociedad civil, ante la falta de leyes que defiendan el medio ambiente, a los atropellos a los territorios prístinos, a la insoportable contaminación provocada por las grandes empresas y ante la dejadez de los gobiernos de turno que se “hacían los de la vista gorda” ante todos esos excesos depredadores al medio ambiente.

El expediente jurídico mantuvo esa atenuante de; “el bosque tiene vida por lo que puede ser tomado en cuenta como un ser vivo incapaz” para representarlo en la Corte su derecho inalienable de permanecer en el lugar, de pie y vivo. El proceso siguió su curso hasta que el juez dio su veredicto favorable al bosque. Durante el tiempo que duró el proceso legal, la población local paralelamente continuó activamente con sus reclamos y protestas. El histórico caso dio paso a lo que se denominó desde entonces “activismo ambiental” que también pasó a ser llamado “deep ecology” o Ecología Profunda, conducta que se refiere a las cuestiones ambientales en su radicalidad. Es importante conocer que la “ecología profunda” rescata los mensajes de los filósofos presocráticos (antes de Cristo) que defiende que todo en la naturaleza se encuentra integrado. “Todo es uno” y cuando uno de sus componentes se altera, puede provocar la destrucción del medio (ecosistema) que será irreversible y con seguridad llevará a la extinción de numerosas especies.

Durante siglos, esta forma de entender a la naturaleza fue mal comprendida o simplemente pasó inadvertida, aunque si revisamos detalladamente la historia de la humanidad, todo se resume a conquistas y defensas de los territorios ocupados, entre las causas más frecuentes.

Siempre se pensaba que los recursos naturales, eran “renovables” y por lo tanto se podía intervenir en cualquier parte sin excepción. Hoy en día y después de siglos de investigaciones por parte de científicos o experiencias de la misma población nos hemos dado cuenta que los recursos naturales “mal llamados renovables”, lejos de ser renovables, no son perennes y se agotan o simplemente se extinguen si son saqueados abusivamente, mucho más en los trópicos.

Nuestro país, en todos los tiempos, siempre se ha caracterizado por sus luchas en defensa tanto de sus territorios, como de la defensa de los recursos naturales. Contamos con numerosos ejemplos, como la defensa de los hidrocarburos o del gas. Tiempo atrás, ante la depredación de la fauna, de los recursos maderables e incluso en defensa del agua.

Hoy en día, son los indígenas de las tierras bajas que continúan estas luchas en defensa de sus territorios y de sus recursos naturales, que desde siempre vienen manejando con sabiduría y armonía para evitar su agotamiento. Por otra parte, esta histórica anécdota de una población defendiendo un pequeño bosquecillo, es un bellísimo ejemplo a seguir para defender los territorios como el Tipnis que quieren ser avasallados bajo el tosco pretexto de darles “desarrollo” a esas poblaciones.

Fuente: LA PATRIA