Martes 30 de octubre de 2012
ver hoy
Si Moisés volviera hoy a traer a los hombres las Tablas de la Ley con los Diez Mandamientos, podría romperlas hoy como antaño pues desde los tiempos de Moisés apenas si han ganado en fuerza. Sólo que Moisés hoy no podría destruir al becerro de oro, como lo hizo en aquel tiempo en el desierto, pues entre tanto el becerro ha adquirido un valor de miles de millones, en comparación con los Diez Mandamientos de Dios.
Las llamadas Iglesias cristianas han enseñado durante casi dos mil años un Dios que no existe. Fue y es una escultura nacida de la creencia pagana en dioses, y que fue esculpida y hábilmente ensalzada y comercializada. ¿Qué o quién era la Iglesia desde el principio, cuando Constantino la convirtió en Iglesia oficial del Estado y qué o quién es ella hoy? cada uno puede reflexionar sobre ello y tener en cuenta el siguiente aspecto: Guerra contra la Madre-Tierra.
Una gran parte de los hombres, sobre todo las personas que tienen en alta estima las tradiciones y siguen siendo prisioneras del egoísmo, han olvidado cómo se piensa de forma clara y lógica. Se han convertido en imitadores que, como los lemingos, hacen sin pensar lo que otros les muestran y prescriben, que por su parte son también prisioneros de la irracional fiebre tradicional de los sentidos. Quien no rompe la atadura de las tradiciones queda atado a los que propician las tradiciones, que en muchos casos se hallan en un estado de “santidad”. Quien se orienta por la tradición eclesiástica, es automáticamente partícipe de las huestes belicosas que torturan, matan, despedazan todo lo que se halla en y sobre la Tierra, es decir, que asesina en aras de la tradición.