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Domingo 28 de octubre de 2012

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Cultural El Duende

Breyten Breytenbach

28 oct 2012

Fuente: LA PATRIA

Breyten Breytenbach Bonnievale- Sudáfrica, 1939. Poeta, novelista, ensayista y pintor de la etnia afrikáner con ciudadanía francesa. Ha publicado: Die ysterkoei moet sweet (1964), Katastrofes (1964), Voetskrif (1976), Blomskryf (antología, 1977), Vingermaan (antología, 1980), Return to Paradise, 1993; Papierblom, 1998; Boklied, 1998; Memory of Birds in Times of Revolution; Dog Heart, 1999; Lady One Human & Rousseau, 2001. In Africa Even the Flies Are Happy: Selected Poems, 1964-1977; Confesiones de un terrorista blanco (1986)

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no existe el tiempo

no existe el tiempo

tiempo no es sino la piel del hombre

que se agrieta y cruje y se reduce

mientras pasa la vida

en el fuego de ser

hablando las horas

para después dejarlas existir

en el siempre reverberante

instante de silencio

en la danza humeante

de la estrella de la tarde y el sol de medianoche

en el rizo de la hoja

en el gracioso y agitado

veloz gesto de muerte

en la paloma

no existe el tiempo

tiempo es el rutilante

cometa del recuerdo

desordenando el cielo con las brasas

de historias que no se volverán a oír

tiempo es mi amor por ti

los movimientos del lagarto

que en tu cuerpo van y vienen

para llenar los huecos

con el fuego del decir

todas las caras de la despedida

no existe el tiempo

sino el ritmo del corazón

como un dolor entre las cuencas oculares

sólo lo dicho en piel vacía

por este poema

medido y manchado

por las palabras del cáncer del olvido

como mierda de lagarto.

Amenaza del enfermo

Señoras y señores, déjenme introducirlos a Breyten

Breytenbach,

el hombre delgado de suéter verde; él es devoto

y refuerza y martillea su cabeza oblonga

para fabricar un poema para ustedes por ejemplo:

Tengo miedo de cerrar mis ojos

No quiero vivir en la oscuridad y ver lo que pasa

los hospitales de París están atestados de gente pálida

de pie ante las ventanas haciendo gestos amenazantes

como ángeles en el horno

está lloviendo las calles desolladas y resbaladizas

mis ojos se almidonan

en un día mojado como éste ellos/tú me habrán de enterrar

cuando las tierras herbosas sean negra carne cruda

las hojas y las flores hastiadas crepitantes y manchadas de humedad

antes de que la luz pudiese roerlas,

el cielo suda sangre blanca

mas yo me negaré a enjaular mis ojos

arranca mis alas óseas

la boca es demasiado secreta para no sentir dolor

lleva botas a mi entierro para escuchar el barro

besando tus pies

semejantes a negros capullos los estorninos sacuden sus traslúcidas y

suaves cabezas

los árboles verdes son monjes, murmurando

plantadme en una colina

cerca de un estanque bajo los dragones

permitid a los furtivos patos amargos defecar en mi tumba

en la lluvia

los gatos son poseídos

por las almas de locas aunque astutas mujeres

miedos miedos miedos con incoloras cabezas diluviadas

y yo me negaré a confortar (aliviar) mi lengua negra

Miren él es inofensivo, tened misericordia de él

De Lewendood - 2.16

(Pretoria - Cuando la lluvia cuelga del cielo)

cuando uno del servicio civil cae como llovido del cielo

se inclina contra una tarde de verano hundiéndose

como huellas de coche, como fósforos

que palpitan y después son asesinados y

arden lentamente -

luego, detectives se agachan hacia sus maletines para

guardar sus revólveres de servicio y portacomidas

(mañana las migas serán sangrientas)

aquietan los abanicos de palma

van y se paran ante la ventana

atentamente miran y dicen:

está lloviendo

y aquí arriba en la prisión

hay un cuadrado de tierra

ventilado entre las paredes grises y altas

con el olor amargo y duro de algo húmedo

que se está quemando (¿o algo quemado

que lo están rociando?)

chilla una gaviota sus patas chamuscadas

y bandidos que esperan a que ella aletee

hacia las rejas

olfatee los pasajes de aire y diga:

¿Acaso llueve?

Flores para buda

(Yo) respiro hacia dentro

(Yo) expiro hacia fuera (Yo) respiro en abundancia

y aspiro lunas de mimosa en racimos

amarillas como el verano

y el sosegado silencio

en tu frente

como en un mediodía de verano

(Yo) respiro un verano un silencio

y el aroma de pequeños racimos de lunas de mimosa

una abundancia

adentro / y

afuera / y / adentro

Fuente: LA PATRIA
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