Domingo 28 de octubre de 2012
ver hoy
Hasta aquí hemos llegado.
Galeones y medallas pesan bajo una pátina de resignación
tras la campaña desastrosa.
Azares de vago heroísmo, perfumes de verano desperdiciado.
Vislumbrar el refugio, la chata empalizada de los cuarteles de invierno
es casi tan dulce como el clarín del ataque en días de victoria.
Este ejército que arrastra sus miserias
armas oxidadas, hambre de combates dignos, sed de hazañas renovadas
es casi un muerto
un mutilado de guerra a quien nadie espera:
turbio charco viscoso, roído uniforme, barro pisoteado por el enemigo.
En el refugio provisional, la soldadesca ensimismada
zurcirá un grueso capote para
el invierno y la mirada hambrienta de los lobos.
Me dejo llevar por el cansino paso de mi flaco caballo
hasta la disminuida puerta del cuartel.
Mis hombres me siguen en silencio, con la mirada perdida
–almas que vagan por la estepa congelada.
Las noches serán largas, el parque nulo
la apolillada manta del refugio velará por sus agujeros
los restos de quienes no sobrevivieron.
Los partes de guerra conservan una página en blanco
Fuente: LA PATRIA