Creo que es necesario dar un criterio sobre lo que significa cada una de estas palabras para poder enmarcarnos en lo que es lo que queremos enfocar con esta pequeña nota, "síndrome" es un conjunto de enfermedades, “todo" un entero con diferentes partes, "logos" estudio tratado. Le comento, no sé si a usted le habrá pasado alguna vez, en el ámbito de su entorno laboral, que conoció a alguien que es un experto en todo, a mí me ha tocado toparme en algunos casos con este tipo de personas. El "todólogo" es un curioso personaje que entiende de todo, o al menos simula hacerlo. ¿Qué hay que hablar de economía? Ellos hablan como si fueran doctores en la materia. ¿Que de lo que se habla es de construcciones? Ningún problema, los mismos conocen sobre ella como si ellos hubiesen realizado el diseño y la obra. ¿Que lo que se trata es de ciencia? ¡Bueno...entonces se dan ínfulas de premio Nobel...! Y de esa manera todos entienden de todo y tratan de dar sus opiniones como verdades absolutas.
Puede ser que a usted le haya tocado vivir este episodio, referente a los programas de televisión con cobertura considerable, pude ver y oír a un grupo de esos todólogos, aprendices de todo y maestros de nada, solucionar problemas nacionales y departamentales como si ellos fueran a la vez los gestores de todo lo que acontece en nuestro entorno. En concreto, como dijimos anteriormente, seguramente a usted le toco vivir, el entrevistador y el entrevistado asumen en ocasiones el papel de todólogas(os). meras(os) profesionales ocasionales, braman contra todo el acontecer departamental, ya sean comentarios positivos o negativos, ellos sí que pueden hacerse un país a su gusto, cambiar las leyes, atacar y golpear a quien en principio debieran cuidar, proteger y crear las condiciones que convengan a la población en un futuro, y además lo hacen impunemente, o en normas que vienen de un pasado donde nada era como lo es ahora, y mientras, los todólogos dedicándose a hablar de todo y de nada con verdadero conocimiento de causa, creando corrientes de opinión y vendiéndose al poder, como los antiguos bufones.
Creo que deberíamos llamarles más acertadamente opinólogos (mal dicho, porque debieran llamarse simplemente opinantes). El único requisito es ser "cualquier presumido", resultan muy funcionales, porque al no saber en profundidad de nada ni tener idea de las causas, banalizan nuestra estructura organizacional, despojándolos de toda su importancia histórica. Y no sólo se trata de saber si alguien tiene buenas o malas intenciones. Se trata de poder calibrar la calidad de esa información, porque en cualquiera puede parecer un experto.
Y esa es la gran cuestión, diferenciar entre información u opinión porque no es lo mismo. La opinión es totalmente libre, cada uno puede opinar de lo que le dé la gana o lo que le venga en gana, aunque no tenga idea de lo que dice, algo propio de algunos medios sociales es que proliferan los todólogos y no me parece mal, pero creo que nos gustaría saber quién es, qué hace y qué experiencia tiene quien opina para saber si puedo asumir esa opinión o pasarla por alto. Y luego está la información, que debe ser eso, datos objetivos con cierto aval o respaldo, esa la gran oportunidad de los medios profesionales. Destacarse por la defensa de la objetividad esforzándose en aportar con sus fuentes y referencias.
Todo de lo anterior sale de la colación, porque en lugar de dedicarnos para los que somos realmente buenos, dedicamos nuestros esfuerzos a vanas tareas a la vez y estas se diluyen en improductividad. Es como si quisiéramos hacer mil cosas en un instante, y lo seguro será el fracaso, lo anterior se da a todo nivel, tanto en lo gubernamental como en lo privado, donde las posiciones de privilegio se las dan al conocido, al amigo, al hijo de fulanito, al recomendadito, aunque carezca de tota! capacidad.
Si realmente queremos un cambio debemos colocar en cada puesto a los mejores y esto no quiere decir solo a los que ostentan títulos que son solo papel, los mejores son los honrados, los trabajadores los puntuales, el propositivo, el mil usos el responsable, el colaborador, el pilas. Esos no están sentaditos ni en sus oficinas de lujo de la empresa de su papi, esos están en cada rincón de nuestro país, salen todos los días a ganarse el sustento, y no saben que ellos tienen el poder para cambiar las cosas, Así que bajemos de esa nube y empecemos en trabajar con un objetivo, una meta importante y los obstáculos se volverán pequeños, porque sí seguimos en las mismas, tarde o temprano todos perderemos.
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