El problema del Plan de Desarrollo Departamental PDD ha sido el factor más vulnerable en la administración de lo que fue la Prefectura y ahora la Gobernación, que a poco más de sesenta días cerrará una gestión en la que no utilizó su plan de trabajo para apropiar adecuadamente el financiamiento y la realización de proyectos en el departamento.
Como se trata de un tema considerado básico para el cumplimiento de las metas de desarrollo departamental, por lo menos así entiende el uso de un PDD, resulta extraño saber que en la actual gestión y hasta el décimo mes tal guía de obligaciones y trabajo aún no haya sido aprobado, lo que significa que se trabajó sólo con entusiasmo, posiblemente buena voluntad, pero sin lineamientos técnicamente definidos para estructurar el cumplimiento de objetivos y las metas previstas para cada circunstancia en particular.
Aparentemente las responsabilidades en la aprobación del PDD se diluyen en acusaciones entre los responsables de analizar, debatir y socializar el documento antes de su definitiva aprobación. Se menciona que se trabajó en los aspectos básicos del importante documento que habría sido enriquecido con los aportes de ideas y necesidades de los municipios y algunos distritos del departamento, faltando actualmente un taller con asambleístas departamentales para analizar el documento y ponerlo en vigencia… eso es lo que se presume.
Sin embargo, surgen contradicciones cuando en la comisión se espera que la Asamblea convoque al taller de revisión del documento del PDD, en tanto que el ejecutivo de esa instancia afirma que no se puede convocar al taller simplemente porque no se entregó el documento solicitado.
Hay una profunda confusión sobre la elaboración del PDD, hay o no hay documento, si existe debe mostrar coherencia en su preparación para alcanzar objetivos concretos respondiendo a las inquietudes generales de la población ya que se trata del Plan de Desarrollo Departamental que no es lo mismo que algunos proyectos alternos y sectoriales que posiblemente han estado supliendo al PDD, distrayendo fondos y postergando el cumplimiento de programas que han sido sugeridos en las comunidades e inclusive en la ciudad y que por la irregularidad que se observa en su aprobación seguirán siendo simplemente proyectos y nada más.
Se desconoce también el destino que se dio a los recursos económicos dispuestos para trabajar el PDD, como tampoco se sabe cuáles fueron las bases para definir la estrategia del desarrollo departamental y bajo qué circunstancias se avanzó en su redacción, si es que existe tal documento, para cumplir con la obligatoriedad de trabajar bajo un verdadero Plan de Desarrollo Departamental.
Recordemos que en las anteriores administraciones prefecturales para la solución de problemas, las formas de financiamiento para cada proyecto correspondían a la aprobación centralista del Ejecutivo, ahora el asunto financiero tiene el componente de la distribución de recursos del IDH y otras alternativas coyunturales que facilitan la cobertura financiera de las obras, por tanto más factible la operatividad para cumplir un PDD.
Dadas esas condiciones es necesario que asambleístas y autoridades de la Gobernación establezcan claramente la suerte del PDD, pues se trata de una guía que permita estructurar los lineamientos más concretos para encarar el desarrollo departamental tomando en cuenta que en adelante el factor autonómico nos permitirá aprovechar más directamente el valor de nuestros recursos, eliminando el centralismo estatal del que todavía dependemos.
Fuente: LA PATRIA
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