Si bien los recursos municipales se han destinado a ejecutar una serie de programas especialmente en los barrios de la ciudad, mejorando las condiciones de vida de centenares de vecinos, lo evidente es que también merecen atención prioritaria y de emergencia los denominados macro proyectos, que significarán beneficios más directos para miles de orureños por tanto su ejecución debe considerarse como obligación perentoria.
En esa dirección debería apuntar la proyección de obras municipales, tomando en cuenta que el destino de los fondos públicos que percibe el municipio por diferentes conceptos deben ser sectores donde se necesita saneamiento básico, como primera necesidad de cualquier barrio, de modo que esa condición de vivir bien comience en cada hogar garantizando la salud de centenares de vecinos asentados ahora en precarias urbanizaciones.
Los fondos municipales - que son dinero del pueblo - deben ser utilizados óptimamente y eso significa solucionar los problemas más atinentes de los barrios marginales por un lado y por otro crear la adecuada infraestructura para mejorar servicios de masiva participación ciudadana, como por ejemplo el mercado central en el que se concentrará ordenadamente la mayoría de comerciantes, dejando las aceras expeditas para la circulación de peatones, o el anunciado túnel que atravesando parte de la ciudad facilitará el tráfico de miles de vehículos y personas, acortando distancias entre dos segmentos densamente poblados de la ciudad.
Se menciona también la intención de disponer de presupuestos especiales para el asfaltado de “todas las calles y avenidas” de la ciudad, renovación de cordones y aceras en el casco viejo de la ciudad, lo que significará gastar cerca de 50 millones de bolivianos. Este último proyecto, si bien puede ser complementario a obras de mejoramiento de barrios, es difícil de cumplirlo en toda su magnitud si antes no se sanean los factores adversos que tienen que ver con la legalización de urbanizaciones y la disposición de los servicios básicos como agua y alcantarillado, lo que permitiría tener vías de acceso definidas y listas para ser asfaltadas, de otro modo, necesariamente habrá un gasto doble que afectará las finanzas municipales.
Las autoridades del Gobierno Municipal deben coordinar las instancias de proyección, legislación, aprobación presupuestaria y ejecución de obras, tomando en cuenta las prioridades de servicio, los beneficios cualitativos y cuantitativos de cada proyecto, de modo que se comience por sanear el aspecto urbanístico de la ciudad disponiendo con urgencia la actualización de un “Plan Regulador”, que existía, que posiblemente esté obsoleto pero que debe convertirse en el instrumento técnico y legal para armonizar el crecimiento de nuestra ciudad.
Todos los proyectos son interesantes, pero hay algunos que necesitan ser considerados como urgentes e insoslayables en su ejecución, alcantarillado y agua potable, estos merecen una inversión preferencial y eso es lo que espera una buena parte de la población orureña pare vivir “como la gente”.
Quienes conocen los avances en materia de crecimiento urbano, en ciudades de países vecinos y en alguna que avanza imparable en el país, coinciden en la urgencia de crear las condiciones apropiadas, planificando previamente el crecimiento de “la mancha urbana”, con detalles de todos sus servicios básicos y promoviendo luego la construcción de viviendas para albergar a miles de familias que no tendrán problemas de avasallamientos, ni carencia de servicios.
Fuente: LA PATRIA
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