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Domingo 14 de octubre de 2012

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Cultural El Duende

EL MÚSICO QUE LLEVAMOS DENTRO

14 oct 2012

Fuente: LA PATRIA

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Comentario a su obra El martillo sin dueño

Pierre Boulez y el serialismo integral una de las formas más radicales de la música serial

En 1952, Pierre Boulez publicó un artículo titulado Schönberg ha muerto. Boulez no se refería a su muerte física, que había tenido lugar en 1951, sino a su influencia musical. Con ello quería decir que, a pesar de la invención de la técnica serial, Schönberg había en realidad conservado casi todo lo que definía la música tonal: temas y motivos, con sus desarrollos y repeticiones, formas, ritmos y una neta distinción entre línea melódica y acompañamiento.

La nueva música necesitaba prescindir también de todas esas características, y por ello Boulez proponía como guía musical no a Schönberg, sino a su discípulo Anton Webern, que de hecho se convirtió en el nuevo modelo.

El serialismo integral propugnaba además la sujeción de todos los parámetros del sonido a las leyes de la serie. No solo la línea melódica de alturas, como en Schönberg, sino los valores rítmicos, la dinámica (intensidades), timbres, formas de ataque de las notas...

El martillo sin dueño (1954) fue la primera obra maestra de la nueva música. Escrita para contralto y un grupo de seis instrumentos: flauta, viola, guitarra, xirolimba (una combinación de xilófono y marimba), un vibráfono y un grupo de percusión a cargo del sexto ejecutante, la música revela cierta influencia de las orquestas de gamelán de Indonesia y debe ser escuchada como células de sonido válidas por su propia sonoridad, en muchas ocasiones sorprendente, al margen de melodías o temas inexistentes.

La obra se basa en fragmentos del ciclo de poemas El martillo sin dueño de René Char, uno de los poetas de la resistencia francesa que alcanzó fama después de la guerra.

Después de la presentación del primer tema en la flauta, el clarinete repite el tema, mientras la flauta presenta una nueva melodía simultáneamente con la primera. Ambos instrumentos evolucionan ahora contrapuntísticamente sobre un acompañamiento armónico.

L’artisanat furieux

La roulette rouge au bord du clou

et cadavre dans le panier

et chevaux de labours dans le fer à cheval

je rêve la tête sur la pointe de mon

l couteau le Pèrou.

Los artesanos furiosos

El camión rojo al lado de la prisión

y un cadáver en la cesta

y caballos de tiro en la herradura

sueño mi cabeza en la punta

de mi cuchillo peruano

República Dominicana

Bartolomé de las Casas fue el primero en ofrecer la ejecución de una obra musical religiosa en América, al celebrar Misa con la participación de un coro, en la iglesia de la ciudad de La Vega. Este religioso, en su Historia del las Indias, escribe: Los indios de Santo Domingo son muy aficionados al baile, y para marcar el tiempo y el paso, inventan matracas muy hábilmente fabricadas con guijarros dentro, que producen un sonido más bien áspero. Cristóbal de Llerena, el primer músico americano, fue organista en la Catedral de Santo Domingo hacia 1590. La música española mantuvo influencia predominante en la isla durante siglos, pero con la introducción de los esclavos africanos, las canciones y danzas fueron adquiriendo el acento característico de la música negra. Las principales danzas tradicionales dominicanas son el Merengue, el Punto Cibaeño, el Bolero (similar al cubano), la Barcarola Criolla y los Areítos. Sus precursores son: Juan Bautista, Alfonseca de Baris (1810-1875), el primero que utilizó el folclore nacional en sus obras y es autor del Himno de la Independencia. Le sigue su alumno José Reyes (1835-1905). También figuran: Clodomiro Arredondo Miura (1864-1935); Bienvenido Bustamante (1924); José Dolores Cerón (1897); Gabriel del Orbe (1888); Juan Bautista Espínola Reyes (1894-1923); Juan Francisco García (1892); Julio Alberto Hernández (1900); Rafael Ignacio (1897); Manuel de Jesús Lovelace (1871); Enrique de Marchena (1908): Enrique Mejía Arredondo (1901); Luis E. Mena (1895); Julieta Licairac Abreu (1890-1925); Esteban Peña Morel (1894-1939); Ramón Emilio- Peralta (1868-1941); Rafael Petitón Guzmán (1894); José de Jesús Ravelo (1876); Luis Rivera (1902); Fernando A. Rueda (1859-1939); Manuel Simó (1916); Augusto Vega (1835); etc. En 1941 se inauguró el Conservatorio Nacional de Música en la capital, y ese mismo año se creó la Orquesta Sinfónica Nacional.

“Diccionario de la Música” de Eric Blom, 1986.

Fuente: LA PATRIA
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