Pensar en los resultados del Censo 2012, que el próximo 21 de noviembre se realizará en todo el territorio del Estado Plurinacional, debe motivar preocupación en los orureños puesto que la tasa anual de crecimiento que registra nuestro departamento es de apenas el 1,55 % con relación a la nacional que llega al 2,74 %, que permite que las ciudades de Santa Cruz y El Alto resulten ser las más densamente pobladas y reclamen con justicia una mayor asignación de los recursos provenientes de la producción de hidrocarburos más conocidos como del IDH.
Bolivia tiene registrada, con el último censo realizado en 2001, una población de 8.274.325 habitantes, de los cuales el 59 % se encontraban en situación de pobreza y 37 % sumidos en la pobreza extrema, hecho que afecta con más frecuencia al Occidente y donde se produce una alta tasa de migración, siendo así que hay mayor número de orureños en toda la república que en nuestra misma región, lo que influirá –con seguridad- negativamente en los resultados del Censo 2012, porque la proyección de crecimiento es mínima para Oruro.
En crecimiento definitivamente no podemos competir con el Oriente, en este caso Santa Cruz con el 3 % y Pando con el 4 %, donde la migración de nuestros coterráneos permite registrar mayores tasas de crecimiento de acuerdo con las proyecciones del INE para llegar a ser en el Censo 2012 alrededor de 10,6 millones de bolivianos, lo que incidirá incluso en las futuras elecciones, porque sumados los votos de la región oriental se podrá definir quién será el próximo presidente del país y de igual forma si El Alto se une con Oruro, Potosí y con parte de Cochabamba podrían hacer el contrapeso, pero de ninguna manera nuestro departamento podrá definir una elección, por lo que se tiene poca o ninguna atención gubernamental.
Esa condición de región pobre, carente de población y dividida debe motivar el cambio de actitud de las autoridades nacionales, departamentales y locales porque los legisladores de turno se empeñaron en crear municipios y dividir las provincias al extremo de tener en la Cuarta Sección de la provincia Litoral, en el Municipio de Yunguyo de Litoral 221 pobladores (123 varones y 98 mujeres), lo que no permite pensar siquiera en ejecutar proyectos y obras tal como ocurre también en los municipios de Escara, Esmeralda, Cruz de Machacamarca y Coipasa donde su población no llega a los mil pobladores.
Oruro como departamento, en el Censo de 2001 registró una población de 392.451 habitantes de los cuáles 195.360 son hombres y 197.091 mujeres superando incluso a los varones, con una tasa de crecimiento poblacional de 1.55%, teniendo una población mayoritaria en el área urbana de 236.110 habitantes y el área rural con 156.341 habitantes, lo puso de manifiesto el abandono y migración de los orureños de la zona rural por falta de medios de subsistencia y la carencia de proyectos de desarrollo en las 16 provincias del departamento.
Los únicos abanderados que permanecen firmes en su territorio originario son los Urus en los cuatro ayllus de la Comunidad Chipaya, donde tenían registrados a más de 1.800 pobladores y ahora se incrementarán notoriamente por tener una tasa de crecimiento intercensal de 5,53 % que resultaría ser la mayor con relación a los pobladores orureños, además por constituirse en los únicos centinelas que protegen su territorio como Nación Originaria Uru, que logró vencer al Incario y la Colonia y pese a ser los dueños de las tierras del Altiplano central boliviano y los primeros pobladores de nuestro continente, después de más de cuatro mil años ahora todavía viven en condiciones de marginalidad, hacinamiento y total descuido de las autoridades nacionales y departamentales, viéndose obligados a migrar temporariamente a Chile para trabajar como agricultores y tener un ingreso económico para la subsistencia de sus familias.
Esas proyecciones del censo deben preocuparnos porque quizá logremos ser un medio millón de orureños en el conjunto de 10,6 millones de bolivianos que se estima llegaremos a ser en noviembre de este año. Lograremos, eso si conseguimos recuperar a los pobladores que se fueron y deciden como en las épocas electorales volver a cumplir “su deber cívico-ciudadano” y se registran como residentes en las provincias orureñas, lo contrario demostrará la drástica reducción de población que tiene Oruro, para confirmar como nuestra región se convierte paulatinamente en una ciudad de tránsito y paso para un gran comercio internacional, las economías subterráneas de la droga, el contrabando y el juqueo (robo de minerales), que empero no le aportan efectivamente con su realidad poblacional.
Ojalá podamos cambiar esta realidad y construir una región por excelencia aprovechando las potencialidades, como la estratégica ubicación geográfica, las conexiones directas con el Pacífico y además el impulso que ahora se quiere dar desde el sector privado para concretar planes, proyectos y programas de desarrollo que tienen una larga data que supera el medio siglo y con facilidad llegan a los 80 años. La decisión es de todos los estantes y habitantes de Oruro, para construir una región atractiva y hacerla importante, con moderno desarrollo productivo tomando en cuenta los indicadores de pobreza, desarrollo humano, crecimiento demográfico y otros factores que inciden para garantizar un crecimiento económico y social, sustentable y sostenible con el tiempo, porque sólo esperar la asignación de recursos económicos provenientes del IDH por población, no resultará ser el camino más recomendable.
(*) Periodista
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