Domingo 07 de octubre de 2012
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Una de entre 1.000 a 2.000 embarazadas se diagnostica de malignoma. La incidencia de cáncer en el embarazo aumenta en cerca de 2,5% al año. La terapia contra el cáncer en el primer trimestre está absolutamente contraindicada por ser el período de organogénesis, en las que la exposición a sustancias mutágenas está asociada a malformaciones congénitas. En el segundo y tercer trimestre se deben evaluar los pros y los contras de este tratamiento.
Un grupo internacional de investigadores ha examinado el desarrollo neurocognitivo y la función cardíaca en niños cuyas madres habían sido sometidas a quimioterapia después de primer trimestre. En estos niños se planeó hacer estudios neurológicos después del nacimiento, a los 18 meses, a los 5, 8, 9 11,14 y 18 años. Se utilizo el Test de Inteligencia de Wechsler que examina la inteligencia verbal y no verbal.
Por ejemplo en el test de inteligencia no verbal se examinó la capacidad de completar cuadros que tengan sentido o computarlas en relatos que puedan ser narradas. Hasta ahora existen los resultados de 70 niños de 68 embarazos. El nacimiento ocurrió, en promedio, a las 37,5 semanas. Entre estos hay niños cuyas madres, aparte de quimioterapia, recibieron también radioterapia. Las madres sufrían mayormente de cáncer de mama. Estas recibieron, en total, 236 ciclos de quimioterapia y con mayor frecuencia la antraciclina, doxorubicina, epírubicina, idarubicína y/o daunorubicina. El tiempo promedio de observación alcanzó 22,3. 40 niños fueron de 18 meses, 30 de 5 ó más años.