Sábado 06 de octubre de 2012
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Amado Papito: Tu presencia vívida reconforta nuestro espíritu dolido por tu ausencia…
Tu tránsito por la vida ha sido una permanente y perseverante siembra de nobles ideales, fuiste un apóstol y combatiente invicto de la justicia social por el rescate de la Patria, defensor de los humildes, de una generosidad fuera de serie.
Inculcaste siempre la honestidad, la lealtad y la justicia.
Hiciste de tu vida un ejemplo de lucha, solidaridad y entrega a tus nobles ideales, donde la prédica y el ejemplo guiaron tu ser.
Con tu pensamiento, tu verbo ardiente, con el abecedario redentor y la pedagogía del ejemplo has dejado huella profunda en el corazón de tus discípulos y en la tierra que te vio nacer, a la que amaste con la cristalina pasión del mejor hijo y a la que nunca quisiste dejar…
Todo esto y mucho más, bullen en la mente y el corazón de los adolescentes, jóvenes y de todos los que te conocieron, a los que formaste en tu lúcida docencia de dignidad y entrega total.
Fuente: LA PATRIA