Tras un sonado cierre de campaña en Venezuela con la participación de millones de ciudadanos de ese país en los actos de sus candidatos, que son dos definitivamente en pos de la gobernabilidad de la nación amiga, llegó el corto periodo de reflexión ciudadana que en cuestión de pocas horas permitirá especialmente a un contingente de indecisos asumir su posición frente al futuro de su país.
Aunque se explica que en Venezuela la participación ciudadana no es obligatoria en un proceso electoral, lo evidente es que de manera espontánea los venezolanos han decidido participar en las elecciones defendiendo sus posiciones ideológicas, los intereses económicos, las opciones reales en torno a la perspectiva de vivir en una Patria con libertad, equidad y justicia, sin las presiones que desata el atrabiliario poder centralista limitando el transitar por un camino de plena libertad en democracia.
Muchos son los argumentos que esgrimen los seguidores de los dos candidatos, sólo algunos que nos llegan a través de los medios de comunicación, unos absolutamente alineados en la contundencia del poder gobernante y otros independientes, pero con menores posibilidades de alcance, salvo la acción mediática de canales privados fuera de Venezuela que han estado mostrando sorprendentes reacciones de la gente que busca alternativas de cambio.
A propósito de esos cambios que se anotaron en la etapa preelectoral, el manejo de las estadísticas que en el caso de Venezuela han perdido credibilidad por una clara inclinación política, han mostrado las otras facetas de una campaña con signos de cierta violencia que se esperaba no rebasen los límites de la convivencia pacífica y permitan una participación ciudadana en el día de elecciones sin enfrentamientos entre hermanos de una misma nación.
Sin embargo, en el fragor de la contienda electoral el candidato de oposición formuló una serie de denuncias contra su oponente oficialista como parte de su campaña y mostrando algunos hechos considerados irregulares en el manejo de fondos estatales. Una denuncia específica, como se dice con nombre y apellido, afirma la donación de un monto de dinero a favor del Club San José de Oruro, con destino a la construcción de su complejo deportivo. No es nueva la noticia, pero al ser ratificada, vale la pena indagar sobre el destino de ese donativo, que por lo visto no ha sido aún utilizado, pues el complejo de San José sigue como antes.
Esa y otras denuncias corrieron en los últimos días de la dura campaña que libraron los candidatos a la presidencia de Venezuela, las repercusiones en nuestro país tienen una particular connotación debido a las relaciones que mantienen los actuales mandatarios. Un funcionario del Ejecutivo nacional adelantó que con resultados que fueran adversos al actual mandatario venezolano, el estado de las relaciones bilaterales tendría que ser revisado.
Es así como influyen los procesos electorales cuando hay vínculos muy próximos en las relaciones de dos o más países que responden a cierto tipo de conductas políticas de orden regional en el ámbito sudamericano. Los resultados son imprevisibles, la voluntad del pueblo venezolano se expresará en las urnas y el futuro del país amigo será consecuencia del respeto a la democracia y su defensa o de su afrenta y desconocimiento.
Fuente: LA PATRIA
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