Desde diferentes perspectivas se nos ha instruido desde niños y desde siempre, que nuestra vida en el planeta Tierra acaba con la muerte física, nada más falso.
Esta vida es un sueño y la muerte es el despertar, o como diría el gran Víctor Hugo, la cuna es el ayer y la tumba el mañana. Esta forma de vida terrena que ahora experimentamos, es una ilusión, es temporal. No hay muerte sólo vida.
Antes que adquiriéramos cuerpo físico, fuimos creados como espíritus, no somes este cuerpo físico, no somos los deseos que los afectan, somos en esencia espíritus.
Habitando ahora, circunstancialmente el planeta Tierra, nos revestimos temporalmente de una envoltura material, cuya destrucción por la muerte del cuerpo nos libera, para efectuar la más sorprendente aventura de nuestras múltiples existencias, el viajar o ascender a una nueva forma de vida superior pre existente invisible a nuestros ojos terrenales.
Forma de vida superior conocida como el mundo astral, mundo espiritual con diferentes niveles, planos o dimensiones que se diferencian las unas de las otras por el grado de intensidad de sus vibraciones .Confirmándose lo que diría a sus discípulos, hace 2.000 años el sublime peregrino, "en la casa de mi padre hay muchas moradas".
El Umbral, un plano de existencia denso, conocido por las religiones como el infierno, el cielo o nirvana como lo describen las culturas milenarias de los egipcios, tibetanos, hindúes, son algunos de los planos de existencia espiritual, donde iremos a vivir, una vez que nos despojemos de esta forma humana.
El espíritu sufre en la vida espiritual, la consecuencia de todas las imperfecciones, de las cuales no nos hemos despojado durante la existencia material .Toda falta cometida es una deuda contraída.
El mundo espiritual es casi un reflejo o una reproducción de la vida material, pero a otro nivel, sus materiales de construcción son translúcidos, menos densos. Nos sorprenderá cuando dejemos este cuerpo físico encontrarnos con hermosos jardines, flores de colores más vivas y relucientes, lagos brillantes, edificios con luz propia que muchos de nosotros por falta de conocimiento, no podremos habituarnos a esa forma de vida superior, empero tendremos de acuerdo a nuestros requerimientos, la colaboración y el servicio desinteresado de guías espirituales o de familiares desencarnados, que nos informarán, como a un turista paso a paso sobre este nuevo mundo.
Lo gran mayoría de nosotros, al ritmo y la forma de vida que llevamos ingresaremos al Umbral, otros pocos ascenderán a niveles superiores, empero por la Misericordia del Creador tendremos siempre la gran oportunidad de redimirnos. La expiación, la reparación y el arrepentimiento sincero son condiciones para la mejoría. Los espíritus mejoran y al mejorar en cada existencia pasa de un orden inferior a otro superior.
La ley del progreso es inevitable en todos los planos de existencia, donde el hombre es el único responsable de su dicha o desdicha. Dios no castiga, uno es el que se castiga.
La Reencarnación es una de las herramientas, (Sn. Mat, Cap.17 v.12 13) como la vida que planeamos cuidadosamente antes de nacer, con todas las circunstancias más difíciles. Plan de vida apasionante que nos permitirá comprender el motivo, la causa de esta programación previa a nuestro nacimiento terrestre.
El Cristo en su tiempo frente a las limitaciones de entendimiento dijo a sus discípulos: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no la podréis sobrellevar”. (Sn. Juan cap. 16 v.12).
(*) Abogado
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.