Frente a una serie de acechanzas propias de la competencia internacional que se produce en función de intereses del gran comercio externo, sin duda alguna era previsible que uno de los grandes países industrializados le ponga el ojo al “grano de oro” la noble quinua cuya calidad indiscutible corresponde a la producción boliviana y para ser más concretos a la que se cultiva en el altiplano orureño.
Un empresario extranjero, pero con muchos años de residencia en nuestra región y conocedor de todo el proceso productivo de la quinua, desde el manejo y calidad de semillas, el proceso de sembrado, la oportuna cosecha y su posterior y delicado tratamiento, no son secretos para este personaje que además es el más importante dirigente de la Sociedad Nacional de Productores y Transformadores Orgánicos como la quinua que podría perder mercado en Europa dadas las condiciones de producción directa en una zona de Francia.
Lo evidente es que hace algún tiempo también se habló de la producción del “grano de oro” en uno de los estados agrícolas del país del norte, EE.UU., aclarándose empero que el intento no colmó las expectativas de sus promotores debido a la calidad de la quinua Made in USA, no tenía el mismo contenido proteínico y el sabor de la noble quinua boliviana. Lo mismo sucederá seguramente con el producto francés.
Sin embargo la alerta del empresario francés y asesor de los productores de quinua boliviana debe ser objeto de un análisis inmediato y absolutamente claro, no sólo frente a la competencia productiva que podría darse sino también por otros hechos que afectan la exportación del grano de oro boliviano, por ejemplo por el desvió de muchas toneladas del producto vía contrabando al Perú de donde sale recién a los mercados del exterior, pero con sello que no es el boliviano y con el perjuicio al interés económico nacional y en desmedro a la calidad reconocida de la quinua boliviana.
Una feliz iniciativa planteada ante las Naciones Unidas ha permitido que el año 2013 sea declarado como el “Año Internacional de la Quinua” y en ese sentido puedan adoptarse algunos recaudos para incentivar su producción, mejorar su calidad de exportación y mantener sus grandes propiedades nutritivas y proteínicas que muy difícilmente podrán ser logradas en plantaciones que carecen de los elementos naturales de las tierras de ésta parte del mundo, donde se logra el excelente e inigualable “grano de oro”.
A nivel oficial se ha dispuesto algunas medidas, por lo menos eso se hizo conocer oportunamente a tiempo de promocionar el “Año Internacional de la Quinua”, sin embargo la estrategia para defender este exclusivo, inimitable e inigualable producto nacional necesita de programas especiales dirigidos a los productores de la quinua, sensibilizándolos sobre la importancia del producto, la calidad de su procesamiento y el cuidado en su exportación de modo que los miles de ávidos consumidores del “grano de oro” comprueben de manera directa las diferencias entre el producto original y el que “adaptado” a otras condiciones inexistentes en otras partes del mundo no podrá igualar todas sus exclusivas propiedades.
Necesitamos una política expresa para defender el producto estrella del altiplano boliviano, empeño en el que deben incluirse todos los bolivianos, empezando por conocer la quinua más de cerca, única manera de hacerlo, gustando sus cualidades y aprovechando sus nutrientes. Defender la quinua será ante todo preservar el producto natural más valioso por sus condiciones nutricionales tan requeridas fuera del país y que deberían interesarnos en igual proporción.
Fuente: LA PATRIA
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