René Barrientos Vargas, fue uno de los jugadores nacionales que defendió desde antes de la instauración del profesionalismo, la casaca del equipo de fútbol de San José, llamado con toda justicia: “el crédito del fútbol orureño”, cuyo deceso acaecido el pasado 7 de septiembre del presente año, dejó un vacío en la familia del fútbol en especial de quienes jugaron junto a él.
René Barrientos Vargas, nació en Uncía, provincia Bustillos del departamento de Potosí el 12 de noviembre de 1925, desde muy pequeño tuvo pasión por jugar al fútbol, caracterizándose por ser uno de los tantos buenos jugadores que vistieron la casaca del cuadro de San José.
En el fútbol rentado o profesional, San José fue el primer equipo de Oruro que incursionó dese 1954 y un año posterior se clasificaba como campeón del fútbol profesional de Bolivia.
René Barrientos, comenzó a jugar en el primer equipo en la década de los 40, en este caso el año 1948, ya era componente del equipo alternando con figuras de relieve por ese entonces, como los hermanos Murillo, Silvano Valdivia entre muchos otros.
ALEGRÍAS Y TRISTEZAS
René Barrientos, compartió con el Club San José momentos de alegría y tristeza, desde su participación en los partidos y campeonatos locales de fútbol, como en los torneos de las compañías mineras de las secciones Itos y San José.
En los campeonatos del fútbol local el club en el que jugaba, en muchas ocasiones tuvo que saborear los fracasos como también los éxitos, como todo equipo, para posteriormente situarse en la fila de los grandes clubes del país y más que todo de Oruro, donde tuvo jugadores nacionales de real valía, que mojaban la camiseta y la sentían con el corazón y el alma, uno de ellos fue precisamente René Barrientos Vargas, que vivió momentos de gran emoción con su institución a la que veneraba y su muerte deja un vacío difícil de poder llenar en la historia del club que por siempre quedará grabada.
HUNGAROS
Luego de muchos años después de su fundación el 19 de marzo de 1942, el primer título alcanzado por el equipo de la “V” azulada fue en aquel lejano año de 1955, en partido final jugado en el estadio “Jesús Bermúdez” ante su rival de todos los tiempos, el equipo de Wilstermann de Cochabamba.
El encuentro se jugó en estadio repleto el domingo 29 de enero de 1956, con el arbitraje de Arturo Ortubé, exponiendo su mejor sistema de juego el equipo “santo” se impuso al plantel “aviador” por la cuenta de 3 goles a 1.
El equipo campeón que dejó una huella imborrable de satisfacción estuvo formado por Francisco Bonifacio, Silvano Valdivia, Juan Pedro Valdivia, René Torrico, Jorge Mancilla, Gerardo Vargas, Ramón Honores, Alfredo Ágreda, Jorge Orellana, Nicolás Carrión, Jacinto Murillo, Óscar Bellot, Humberto Murillo, Roberto Gutiérrez, Roberto Román, Armando Escóbar, Hugo Peláez, Benjamín Maldonado, René Barrientos, Norberto Fernández, Desiderio Montaño entre otros, como director técnico se encontraba el cochabambino Rodolfo Maidana, kinesiólogo Néstor Torrico, el Ing. Manuel Flores, como Gerente de la Empresa Minera San José, era el presidente apoyado por el directivo Felipe Mendivil.
San José de esta manera festejaba su primer título en la era profesional del fútbol boliviano, donde René Barrientos Vargas, vibró de emoción al conjuro de este halago, que por siempre permaneció en lo más recóndito de su alma y su pasión que se hizo realidad con este título.
Estuvo junto a jugadores de talla de aquellos años en el fútbol, no solamente con los integrantes del Club San José, sino también con figuras en el ambiente del fútbol paceño y por ende boliviano.
Bolívar, The Strongest, Always Ready, Litoral, Ingavi, Northen, Unión Maestranza, Municipal, Chaco, Aurora, Wilstermann entre otros clubes que estuvieron lidiando en aquellas épocas con San José, donde René Barrientos, era uno de los integrantes del equipo.
HOMENAJE PÓSTUMO
René Barrientos, el pasado 7 de septiembre del año en curso, pasó a vida privilegiada, dejando una huella interesante en el fútbol orureño y boliviano, cuyo único motivo fue la pasión desmedida que sintió para jugar al fútbol, su muerte enluta a toda su familia y el recuerdo de su persona como hijo, esposo y deportista quedará por siempre en quienes compartieron sus inquietudes.
Solo queda decir que uno de los húngaros más nos deja, pero su recuerdo perdurará por siempre en sus familiares, parientes, amigos y deportistas de la entidad de la “V” azulada y nada más nos queda desearle paz en su tumba.
Fuente: LA PATRIA
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