Lunes 01 de octubre de 2012
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Bunker Roy, según el Time Magazine, es una de las personas más influyentes del mundo. Nació en la India y abandonó las comodidades de su clase social para aprender a trabajar inclusive con las manos. Estuvo en Estocolmo ofreciendo charlas en las que explicó las razones de la existencia de su Colegio de Descalzos. (Barefoot Collage)
“Los analfabetos pueden aprender sin necesidad de leer ni escribir”, dijo y abrió mi curiosidad. En la Universidad se instruyen arquitectos, ingenieros y médicos. No conceden ni certificados ni diplomas, para no entrar en colisión con las reglas académicas de la enseñanza. “Y, si alguna preferencia tenemos es que nuestros alumnos sean sobre todo mujeres. Tampoco suscribimos contratos sino que instamos a que el conocimiento aprendido se aplique al medio en el que el nuevo “profesional descalzo” vaya a practicar”.
La enseñanza es sobre todo práctica. En seis meses están listos los nuevos ingenieros especializados en células solares. Hay una buena cantidad de alumnos/as de África y de Afganistán.
Roy explica que entre las siete alumnas afganas había alguna con su marido porque “el hombre no puede dejar que su mujer viaje sola”. Hoy esas siete mujeres han iluminado su aldea con energía solar, lo que ha mejorado la calidad de vida de los habitantes. El costo por alumno que incluye pasajes, manutención y enseñanza, no es superior al sueldo de un empleado de las ONU en Kabul.