Hacia una ciudad limpia

Las desafortunadas declaraciones de una presentadora de televisión sobre la imagen que Oruro presenta a los visitantes nacionales como extranjeros luego de la festividad del Carnaval produjeron una comprensible indignación de los ciudadanos orureños y de sus autoridades.

Los calificativos utilizados por la presentadora para referirse a la basura que se acumula luego de la festividad no fueron los más adecuados y mellaron la dignidad de un pueblo que cada día trabaja por mejorar sus condiciones de vida y la imagen de su ciudad.

Pero, como dice el dicho popular que, “no hay mal que por bien no venga” fueron precisamente esos adjetivos calificativos injustos, desde todo punto de vista, los que motivaron a los vecinos de nuestra ciudad a preocuparse más de la limpieza.

Este ingrato episodio que pronto quedará en el olvido debe servirnos para que todos tomemos conciencia sobre la importancia de observar hábitos de limpieza que ayuden a mantener calles, avenidas, plazas y parques limpios.

Los centros educativos en todos sus niveles deben incluir en sus programas lecciones relacionadas con la buena costumbre de depositar la basura en los contenedores y en los lugares señalados al efecto.

Asimismo, esperar el paso de los carros que recogen la basura y no depositar la misma en las esquinas donde los perros vagabundos que dicho sea de paso, abundan en Oruro, rompan las bolsas plásticas desparramando los desechos en las aceras.

La buena costumbre de nuestras abuelas de barrer su acera muy temprano debe volver. Si todos los ciudadanos nos unimos en un esfuerzo común, podemos lograr que Oruro presente una imagen de ciudad limpia, tal como era en el pasado reciente.

Fuente: LA PATRIA