El poder ahora tiene rostro de mujer

La senadora Gabriela Montaño Viaña se convirtió ayer en la primera mujer que asume la Presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, en ausencia del presidente Evo Morales Ayma que viajó a Estados Unidos para asistir a la 67 Asamblea de las Naciones Unidas que se cumple en Nueva York y del vicepresidente Álvaro García Linera, quien realiza una visita oficial a Vietnam.

El desafío es grande para la tercera persona del Estado Plurinacional en jerarquía de mando, quien además asumió funciones en estricto apego a la Constitución Política del Estado y por prelación, mandato que estará vigente durante cinco días mientras dure el viaje del presidente Evo Morales que ayer domingo visitó primero en la Habana-Cuba a su homólogo cubano Raúl Castro, para luego proseguir viaje a Norteamérica.

Así el mando de la nación boliviana tiene rostro de mujer, de una política joven de 37 años nacida en Santa Cruz, médica de profesión con especialidad en salud pública, actual senadora del Estado Plurinacional de Bolivia por el departamento de Santa Cruz, en la legislación 2010-2015 y presidenta del Senado Nacional, habiendo sido presidenta de la Comisión de Organización Territorial de Estado y Autonomías durante la legislatura 2010 y llegado a desempeñar la función de Vicepresidenta por Bolivia ante el Parlamento Latinoamericano, además de Representante Presidencial para el Departamento de Santa Cruz 2007-2009, durante la primera administración de gobierno del presidente Evo Morales Ayma.

Resultará interesante ver como la ahora Presidenta del Estado Plurinacional de Bolivia, quien recibió los honores y reconocimiento militar-policial en Santa Cruz, coordinará sus tareas con la ministra de Comunicación, Amanda Dávila y las ministras Cecilia Ayllón, Nardy Suxo, Nemesia Achacollo, Teresa Morales, Viviana Caro y Claudia Peña que integran también el gabinete del presidente Evo Morales, poniendo manifiesta una tendencia feminista para la administración del poder que tiene cara y ideología de mujer, puesto que seguro primará la alianza de sexo, clase y hasta con un poco de vanidad para demostrar que las mujeres pueden gobernar nuestro país.

Los ejemplos que tenemos de países vecinos y en Latinoamérica fueron claros con las administración de gobierno de las presidentas María Estela Martínez de Perón, más conocida como la popular Evita en la Argentina; la política Lidia Gueiler Tejada en Bolivia, la política y periodista nicaragüense Violeta Chamorro, la política panameña Mireya Moscoso, la médico de profesión y de ocupación política, la socialista Michelle Bachelet en Chile; la política y abogada Cristina Fernández de Kirchner en la Argentina, que heredó el mandato de su esposa Néstor Kirchner; así como Laura Chinchilla Miranda politóloga y política costarricense y la economista y política brasileña Dilma Rousseff que en el Brasil fue jefa del gabinete y reemplazó al carismático presidente Ignacio Lula Da Silva, en la corriente del Partido de los Trabajadores.

Así el poder político está administrado por un rostro de mujer que tiene el usufructuó del reconocimiento de sus plenos derechos civiles e igualdad de condiciones, beneficios que han podido ser conseguidos y respetados, resultado de una larga lucha emprendida por otras valerosas mujeres bolivianas que contribuyeron con su participación en la vida política para el fortalecimiento de la vida democrática y el respeto de los derechos y libertades ciudadanas.

Una luchadora que logró la recuperación de la vida democrática durante época de dictadura fue la insigne Domitila Chungara, valerosa mujer minera que junto a otras dirigentes de las amas de casa mineras realizaron la histórica huelga de hambre para derrotar a la dictadura del septenio Banzerista. En la misma época la inclaudicable y firme dirigente comunista Clara Torrico Medina, también lucho por la libertad de todos los detenidos en Chonchocoro y que a la postre fue la senadora que redactó, tramitó y consiguió promulgar la Ley que reconoce los Derechos Internacionales de la Mujer, vigentes hasta hoy y que se recuerdan gracias a la bien conocida “camarada Clara”, que es el baluarte y sostén de los comunistas bolivianos.

La lucha de las mujeres y su participación en la vida política nacional, es cada vez más destacada e importante en los ministerios, municipios, presidencia de instituciones nacionales y otras funciones universitarias y comunicacionales, por lo que no debería sorprendernos al futuro que podamos tener a una mujer como candidata a la Presidencia del Estado Plurinacional, como ahora ya ocurre en las principales organizaciones populares, cívicas y hasta profesionales, donde el liderazgo está en manos de las mujeres, quienes también son destacadas en el campo profesional ocupando cargos de alta dirección, asesoramiento y hasta conducción de entidades públicas y privadas. Ojalá el poder con rostro de mujer no resulte ser efímero y pasajero, más bien que cobre mayor vigencia para seguir construyendo un desarrollo de excelencia con la mirada firme y serena de las mujeres bolivianas.

Periodista