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Sábado 22 de septiembre de 2012

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Revista Tu Espacio

PORTAL DE LA SABIDURÍA

La Suprema Ley del Amor

22 sep 2012

Fuente: LA PATRIA

Por: El Alquimista

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Transcribimos las enseñanzas de Jesús, contenidas en el “Evangelio de La Salud”, del apóstol Juan, encontradas en los “Rollos del Mar Muerto”.

“En verdad os digo, la ley del Amor, es la más grande y la principal de todo el Universo. A ella está sometido todo lo que es y existe. Dios es todo Amor, la Madre Natura es Amor y sus hijos también son Amor. Todo el universo, la Tierra, lunas, soles, estrellas, astros, todo esto es una sola UNIDAD INSEPARABLE, porque sólo debido a esta Unidad puede existir y tener vida el universo, igual como nuestro corazón, estómago, hígado, pulmones, la sangre, la carne, los huesos, todo esto es una sola unidad inseparable, para poder existir y tener vida vuestro cuerpo, La Ley del Amor es la que hace posible esta Unidad.

Es que el Padre Celestial, los Arcángeles, los Ángeles, todas las jerarquías celestiales y toda la humanidad que vive en esta Tierra, y en los demás Planetas, es una sola Unidad, aglomerada por la potente dirección, atracción y cohesión de la fuerza del amor.

El Padre vive en los hijos, los hijos viven en el Padre. El uno no puede existir sin el otro. El Padre existe porque el hijo existe, y el hijo existe porque el Padre existe. Siendo Dios Amor, lo es también el hombre, porque el espíritu del hombre es una partícula de Dios. Para poder actuar el espíritu del hombre en la materia, en el plano físico, se reviste de la materia del plano en el que desea actuar. Así al querer actuar en el plano de esta Tierra, se reviste de un cuerpo compuesto de materia terrestre, que en su integridad se compone de substancias de la Madre Tierra.

Siendo el Amor la ley suprema, cumplid con ella con todas vuestras fuerzas, con todo vuestro entendimiento. Amad al Padre Celestial, como Él os ama a vosotros, y amad al prójimo como a vosotros mismos, pues, amar al Padre Celestial, significa amar al prójimo. Amad también a nuestra Madre Natura, tal como ella os ama a vosotros, porque ella os crió, os amamantó, os enseñó a andar los primeros pasos en esta vida y os proporcionó todo lo que sois. Amad también a toda la humanidad, cualquier color que tenga su piel y a cualquier nación a la que perteneciera, porque esto se llama amar a Dios y a la Madre Natura.

En verdad os digo, cuando los hombres de esta Tierra se amen mutuamente, como Dios los ama, habrá bajado el cielo a esta Tierra, que ya no será el valle de lágrimas, sino el valle de dicha y de inmensa alegría de vivir. Porque desaparecerá todo odio, toda la maldad, las luchas y guerras, y prevalecerá la paz, porque existirá la buena voluntad entre todos los hombres. Cada individuo, para demostrar palpablemente su buena voluntad, para cumplir con la ley del amor, buscará la manera de cómo hacer un favor al prójimo, a un vecino, a un amigo y aún más, a un enemigo. Buscará de agradarlo, de hacer un servicio desinteresadamente, con lo cual esta tierra se convertirá en una Estrella de Amor.

Es entonces cuando los hombres se habrán espiritualizado, adquiriendo muchos de ellos dones sobrehumanos, porque con su comportamiento habrán despertado algunos poderes internos, que latentes, dormitan en todo cuerpo humano, esperando que la madurez del alma los despierte y se sirva de ellos, como ejemplo; la visión astral, que permite ver a los muertos y conversar con ellos. Los más avanzados tendrán acceso al mundo del más allá. Vivirán tanto en este mundo como en el otro. Debido a su avanzada evolución, después de su muerte no necesitarán volver a esta Tierra, en la que ya habrán aprendido todo. Entonces seguirán su evolución en el Plano Superior de la vida llamado Cielo. Gozoso el Padre Celestial os recibirá como miembros permanentes del Cielo y os entregará la heredad que os tenía reservada en sus infinitas posesiones del interminable espacio cósmico. Porque por amor cría el Padre Celestial a sus hijos; por amor les enseña y los prepara para la vida superior, la vida del más allá. Por amor los acoge en su reino, y por amor les concede una sempiterna vida, dicha y gloria.

Porque el amor es el motor que mueve todos los mundos. Es el más potente y el más seguro de los motores que nunca falla, porque es el único motor de eterno y perpetuo movimiento. Sin duda son enigmas para vosotros ahora, que sólo comprenderéis más adelante. Mientras tanto solo necesitáis fe, mucha fe y creer en mis palabras, porque como portavoz del Padre Celestial, solo palabras de verdad pueden brotar de mis labios.

En verdad os digo, cuando estéis en presencia del Padre Celestial, se os caerá la venda de vuestros ojos y entonces comprenderéis los misterios de la Tierra y de los Cielos. Entonces ya no necesitaréis fe, ya que ésta será remplazada por la convicción personal de lo que antes tan sólo habéis creído y puesto vuestra fe en ello”.

Fuente: LA PATRIA
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