EDITORIAL

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Hace pocas horas celebramos todos, una nueva estación del año, como es la primavera, aunque con el cambio climático que tenemos en el planeta Tierra, algunos días tenemos las cuatro estaciones del año en sólo 24 horas.

De todas maneras fue una fecha esperada porque no sólo se celebró el día de la primavera, sino también el Día del Estudiante, por ello, vimos desde el jueves pasado una serie de homenajes que se hicieron en los establecimientos educativos de la ciudad.

Recordar la época colegial para quienes dejamos esa etapa hace tiempo, nos trae mucha nostalgia, porque una de las fases más bellas de la vida ha sido el colegio.

Nuestras primeras armas con las letras lo hicimos en la época de estudiante, cuando en primero básico, como se llamaba antes, nuestra querida profesora para aprender a leer y escribir, nos daba un librito que lo extrañamos mucho, llamado “Abecedario” que tenía una serie de palabras fáciles de memorizar acompañadas de figuras.

En esa oportunidad comprendimos que el colegio era nuestro segundo hogar y estaríamos allá durante doce años consecutivos, aprendiendo a convivir con un grupo de niños, adolescentes y jóvenes, que a posteriori serían amigos inseparables de pensamiento, porque como todos tomaron caminos distintos para forjar su destino, es complicado el reencuentro.

Aunque con la tecnología y el bendito Facebook, nuevamente logramos contactarnos para que a través de las fotografías recordemos esos momentos tan inolvidables.

En muchos de los casos, casi irreconocibles de lo que éramos antes y de lo que somos ahora. Las anécdotas vividas en colegio junto a nuestro profesores, son el regalo más bonito que está guardado en el cofre de los recuerdos de nuestro corazón, y que cada vez que los desempolvamos nos quedamos con una sonrisa en el rostro para decir que fuimos los mejores compañeros.

Tiempos inolvidables y que jamás volverán, pero que seguramente en la mente se reproducen a cada instante, principalmente cuando se piensa en el colegio.

Esos pensamientos, nos quitan la inspiración de seguir escribiendo este editorial, porque cuánto no daríamos para volver al colegio…

La vida continúa y debemos seguir caminando por la brecha que trazamos, evadiendo obstáculos, y ser felices con lo que hacemos, porque para eso vinimos a este mundo, para cumplir una misión.

A quienes están aún en colegio, les decimos que disfruten de su vida colegial, es lo mejor que una persona puede tener en este mundo, ya que la vida de universidad no será la misma, y cuando salgan profesionales, lo único que les quedará aparte de los recuerdos, será luchar por ustedes mismos.

Fuente: LA PATRIA