Sábado 15 de septiembre de 2012
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Como lo expresó Nefi, "¿por qué ha de llorar mi corazón, y permanecer mi alma en el valle del dolor... y mi fuerza desfallecer por causa de mis aflicciones?... ¿y por qué sucumbiré a las tentaciones, de modo que el maligno tenga lugar en mi corazón para destruir mi paz y contristar mi alma?".
El tener presente el amor que Dios le había prodigado tantas veces en su vida le permitió a Nefi salir de su estado de lamentación proveniente del recuerdo de sus debilidades, errores cometidos y desafíos que enfrentaba.
De la misma manera, nuestro mayor deseo debiera ser obtener y retener el amor de Dios, alcanzar el fruto del árbol de la vida, beber de las aguas de vida (véase Juan 4:14), participar del pan de vida (véase Juan 6:35). En otras palabras, recordar permanentemente quienes somos, Quien es nuestro Padre, Quien es nuestro Redentor y vivir según lo que Ellos nos han instruido, según los convenios que hemos hecho por medio de las ordenanzas de salvación y exaltación y según lo que nuestro Padre espera de cada uno de nosotros.
Fuente: LA PATRIA