Jueves 13 de septiembre de 2012
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Editorial y opiniones
ALGO MÁS QUE PALABRAS
Democracias con poca participación democrática
13 sep 2012
Por Víctor Corcoba Herrero
Está bien, muy bien, que proliferen los gobiernos activados por la ciudadanía, dispuestos a convencer por sus ideas, en lugar de vencer por su poder. Precisamente, las democracias germinan de esta libre participación y se consolidan, más que con celebraciones electorales, con la claridad con que se resuelvan los problemas. Esa transparencia en los diálogos es lo que produce (y reproduce), confianza en las personas y en las instituciones, avances y progresos, puesto que los males democráticos sólo se alivian con más democracia.
En todo caso, debemos saber que no hay democracia sin participación. Participar es indispensable, hasta el punto que cualquier persona debería estar en disposición de servicio. La ciudadanía responsable detesta los gobiernos autoritarios, o aquellas políticas que no promueven el pluralismo ciudadano. Por desgracia, algunos modelos que se dicen demócratas, escuchan muy poco a la ciudadanía. Tampoco suelen tener en cuenta la voz de las minorías, ni los grupos vulnerables. Ciertamente, en las democracias actuales, se observan pocos ciudadanos dispuestos vocacionalmente a conducir los asuntos públicos. La política se ha convertido en uno de los grandes negocios. Ha dejado de ser una vocación para convertirse en una auténtica profesión. Se hace partidismo, sirviéndose unos a otros, no sirviendo a la colectividad que es de lo que se trata.