Jueves 13 de septiembre de 2012
ver hoy
Allá por los años 2000 el exministro de Justicia, René Blattmann, personalidad muy distinta a las que pasan hoy por esa cartera de Estado, decía al advertir la insurgencia del movimiento indígena: “No puede combatirse la exclusión con exclusión ni el racismo con racismo”. Ahora se puede añadir que tampoco la impunidad con otra; sería como ver la paja en el ojo ajeno e ignorar la viga que se lleva en el propio.
Sea por coincidencia o por azar, al día siguiente de haberse posesionado en Bolivia el nuevo embajador del Estado Plurinacional ante la ONU, se supo que Estados Unidos había rechazado la extradición de Sánchez de Lozada. Ipso facto surgió el descontento, hasta la oposición coincidió con el Gobierno para rasgarse las vestiduras. Se justificó el rechazo con una escueta razón jurídica; pero un analista comentó que el aceptar habría significado entregar al acusado a “las fieras del circo romano”. Eso es más perceptible aquí dentro que desde la distancia.
Porque aún duele recordar, es delicado tocar el tema. Nuestro respeto a la memoria de esas vidas sacrificadas. Pero justamente en homenaje a ellas, hay que exigir que la verdad y la justicia se impongan por encima del odio político y la mentira. Es necesario efectuar una investigación seria. Del luctuoso octubre no todo lo que se dice es verdad. Por lo menos para que sea tal, es preciso completarla; no es poco ni menos importante lo que falta. Otro tanto corresponde decir de Chaparina. En ambos casos hay incertidumbre e impunidad.