Preocupa excesivo consumo de alcohol entre adolescentes
10 sep 2012
Por: Jorge Lazzo Valera
La permisividad y tolerancia manifiesta de las autoridades municipales que permiten el funcionamiento de los denominados “pubs”, que resultan ser bares o cantinas encubiertas, genera un serio problema de salud pública por el excesivo consumo de alcohol por jóvenes y señoritas adolescentes que frecuentan esos sitios, donde el expendio de bebidas es habitual y además se fomenta la permanencia de estudiantes.
La preocupación no es reciente porque desde esta columna se denunció de forma permanente e incluso instituciones dedicadas a moderar el consumo excesivo de alcohol por sus efectos permisivos para la juventud y la sociedad en su conjunto, como la Organización Pionera de Abstinencia Total, presentaron sus reclamos logrando algunas veces la clausura de algún local nocturno que permaneció cerrado por algunas horas y luego volvió a funcionar incluso con más propaganda y mayor oferta de venta de bebidas alcohólicas, tras pagar su “sanción”.
Recientemente se publicó una información que guarda directa relación con el conflicto que genera el consumo de alcohol por parte de estudiantes de 15 a 18 años, convirtiéndose ese hecho en un problema de salud pública ciudadana, registrándose la atención de al menos cinco estudiantes ebrios que ingresan a diario al Centro Transitorio Crecer, donde se tiene esta estadística que representa la internación de 150 jóvenes (hombres y mujeres) al mes.
La mayor preocupación fue puesta de manifiesto por los funcionarios del Servicio de Gestión Social (Sedeges) dependiente del Gobierno Autónomo Departamental, quienes han advertido que el excesivo consumo de alcohol por parte de adolescentes, “es un problema social que se convierte en un problema de salud pública”, que tiene que ser controlado y además requiere una vigilancia permanente para que no crezca y genere el incremento de la delincuencia.
La autoridad del Sedeges ha sido enfática al advertir que el consumo de alcohol por adolescentes es un gran problema que se presenta en la sociedad, porque se trata de estudiantes de ambos sexos de 15 a 18 años los que ingresan a esta especie de túnel sin salida. Los que quedan atrapados por el alcohol además se convierten en un problema que daña a la familia y por ende a la sociedad al ser un conflicto social.
Otro hecho que preocupa a las autoridades del Sedeges es la presencia de señoritas que se reúnen en paseos céntricos, plazas y parques para consumir bebidas alcohólicas en horario de clases, sin que ninguna autoridad haga algo por evitar, con preferencia a través de la vigilancia policial y de los gendarmes municipales. Ese consumo se genera a través de las bebidas que compran en las licorerías, donde el negocio es fructífero en perjuicio de los adolescentes, siendo contadas las tiendas de expendio de bebidas alcohólicas que no atienden a los estudiantes.
De los pubs los adolescentes salen a las calles a orinar en las puertas de viviendas contiguas o la plena calle, en clara demostración de ausencia de control, carencia de educación y de su estado de embriaguez que motiva peleas callejeras, asaltos, atracos, robos y hasta perjuicios a los vecinos que tienen que soportar el escándalo, las riñas y peleas y además los malos olores por el ácido úrico que se deja regado en céntricas arterias de nuestra capital.
Esto se completa con el funcionamiento de lenocinios o casa de citas clandestinas que funcionan en pleno centro de la ciudad, cerca de escuelas y colegios, así como de templos religiosos, siendo así que está prohibida la apertura de los bares, cantinas, lenocinios y licorerías por ordenanza municipal, instrumento legal que es ignorado deliberadamente en el municipio para otorgar autorizaciones para la apertura de estos centros de perdición de la juventud.
En resumen el alcoholismo y la prostitución clandestina se incremento en Oruro y en la ciudad avanzan con los perjuicios y peligros que conlleva porque no hay un control efectivo, excepto la movilización policial realizada hace 21 días y que dio excelentes resultados, pero sólo fue para hacernos conocer que fue designado un nuevo comandante policial, resultando ser así como un saludo protocolar a la población para que se acuerde que la policía garantiza la seguridad ciudadana.
Ojalá existieran más operativos policiales los fines de semana y se proceda a la clausura de los locales de expendio de bebidas alcohólicas a menores, los sitios de prostitución clandestina y los centros de diversión que no cumplen con lo establecido en la normativa municipal, que debe ser aplicada a cabalidad para evitar un exagerado consumo de alcohol por parte de los adolescentes, no sancionar esos hechos será ingresar a la omisión, falta que es sancionada con el doble de la pena a los funcionarios públicos, en este caso del Gobierno Municipal.
(*) Periodista
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