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Domingo 09 de septiembre de 2012

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Revista Dominical

“Lo que mejor sabía hacer…”

Freddie Mercury, deconstruyendo pasión, intensidad, creatividad y extravagancia

09 sep 2012

Fuente: LA PATRIA

Por: Juan Carlos Treviño Meneses - Periodista

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La música concebida como una expresión primigenia de la humanidad, puede ser analizada desde diferentes puntos de vista. Pero si partimos desde una interpretación semiótica tomando en cuenta sus estructuras sonoras y conceptos específicos podemos señalar sin temor a equivocarnos que es el lenguaje perfecto, sin límites de idiomas, religiones o algunas barreras construidas por el hombre.

Todo este bagaje de elementos sin duda fueron recogidos a plenitud por un espíritu batallador que dejó esta dimensión física el 24 de noviembre de 1991, el apasionado, creativo y estrambótico Freddie Mercury, capaz de domar, cual si fuesen leones con sus performances, a miles de personas que deseaban percibir otro tipo de experiencias sensoriales, abarrotando estadios en todo el mundo.

Freddie Mercury, nació en el Shangani Govt. Hospital, de la isla de Zanzíbar, entonces un dominio británico y actualmente parte de Tanzania, el 5 de septiembre de 1946, con el nombre de Farrokh Bomi Bulsara.

El arte corrió por las venas del prolífico Mercury desde muy pequeño destacándose ya en la escuela hasta profesionalizarse como diseñador gráfico en la universidad de West Thames, donde estudió arte.

Sin embargo, la búsqueda de plasmar sus pensamientos y sentimientos prosiguió hasta que llegaron a su vida los virtuosos Brian May y Roger Taylor, que junto a John Deacon, estructuraron en 1971 a una de las principales bandas de la escena rock de todos los tiempos, la reina, Queen, preponderante para la consolidación de géneros como el hard rock, heavy metal, el glam rock, rock progresivo, folk, blues, el pop y el denominado rock sinfónico, surgido a mediados de la década del 60, con el objetivo de abordar nuevos conceptos sonoros con elementos híbridos de la música docta, además de la psicodelia y el hard rock predominantes en ese tiempo.

La semiosis musical que dejó incrustada Mercury en la cultura rock, es trascendental, pues invadió los paradigmas de otras comunidades sonoras, con efusivas composiciones como la inigualable Bohemian Rhapsody, la épica We Are The Champions, Don’t Stop Me Now o Killer Queen; éxitos consignados en los quince discos de estudio de Queen, al margen de experiencias en solitario como Barcelona, compuesta para los Juegos Olímpicos de 1992, acompañada de una perenne puesta en escena.

La carrera de Freddie Mercury, por tanto nos brinda la posibilidad de sugerirnos una serie de preguntas en relación al concepto mismo de música, pasando por ejemplo por saber cómo funciona esta remota expresión humana; contiene algún código que subyace en su estructura, si fuese así como funciona; quizás desentrañar si es una ciencia, o si esta comunica sentimientos, ideas, signos y símbolos reales.

La mayoría de estas preguntas tienen respuestas, que tal vez se resumen manifestando que la música es adimensional e indescriptible; pero determinarlas cuando se las pueden absolver es la disyuntiva, solo al percibir sus obras, tendremos todo más claro, a pesar de la complejidad progresiva de sus propuestas sonoras.

Freddie Mercury, deconstruyó estos conceptos, como el padre de esta escuela estratégica de análisis, el filósofo Jacques Derrida, que fundamenta su postura en relación inversa al modo metafísico o tradicional de un lector que es capaz de expresar sus ideas sin cambiarlas, que en la jerarquía del lenguaje, escribir es secundario a hablar, y que el autor de un texto es la fuente de su sentido.

La deconstrucción muestra los múltiples estratos de sentido en que trabaja el lenguaje. “Deconstruyendo” estas concepciones Derrida sostiene que el lenguaje está mudando constantemente.

Por tanto y analógicamente el lenguaje, la comunicación y la música, encierra esa metamorfosis cíclica infinita, de la cual el transgresor Freddie Mercury trató de apropiarse, colocándose casi permanentemente la máscara de la tragicomedia griega, hasta el momento de su muerte a consecuencia del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (sida), anticipada por un anuncio mediático emitido a sus miles de seguidores dos días antes del culmen de su vida: “Siguiendo la enorme conjetura de la prensa de las últimas dos semanas, es mi deseo confirmar que padezco sida. Sentí que era correcto mantener esta información en privado hasta el día de la fecha para proteger la privacidad de los que me rodean. Sin embargo, ha llegado la hora de que mis amigos y seguidores conozcan la verdad y espero que todos se unan a mí y a mis médicos para combatir esta terrible enfermedad. Mi privacidad ha sido siempre muy importante para mí y soy famoso por prácticamente no dar entrevistas. Esta política continuará”…

El extravagante Farrokh Bomi Bulsara, siempre explosivo en los escenarios y tímido fuera de ellos, con la certeza de no tratar de ser el número, sino más bien que con tenacidad, valor, pasión y lucha, definir y forjar el camino de “lo que mejor sabía hacer…”

Fuente: LA PATRIA
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