Viernes 07 de septiembre de 2012
ver hoy
El valor de la pulcritud es la práctica habitual de la limpieza, la higiene y el orden en nuestras personas, nuestros espacios y nuestras cosas. Todos los días, dejamos ver a los demás parte de nuestra personalidad y costumbres a través de nuestro arreglo personal, el esmero para trabajar, el cuidado al utilizar las cosas y, en general, en la limpieza que procuramos mantener en nuestra vivienda y lugar de trabajo.
En algunos momentos de nuestra vida nos preocupamos por dejar una buena impresión en las personas, elegimos con cuidado nuestro atuendo, peinamos nuestro cabello al detalle, acomodamos el interior de nuestro portafolios... Y esto lo hacemos cuando vamos a solicitar un empleo, asistir a una reunión de negocios o cualquier otro acontecimiento que consideramos importante para nuestra vida.
Desafortunadamente, muchas veces esa primera impresión positiva dura poco tiempo, pasan los días y comienza a notarse cierto descuido en nuestra forma de vestir, en nuestros cajones, nuestras pertenencias... ¿Por qué sucede esto? Sencillamente porque no estamos acostumbrados a vivir con orden y someternos -al menos personalmente- a una disciplina que nos obligue a cambiar nuestros hábitos.