No importa cuál sea la fuente o el origen del Poder; al final, ejercerlo conlleva privilegios con todo lo que eso significa. Pero, como ese ejercicio, es forzosamente una actividad pública, está en la mira del ciudadano común, de la oposición y, por supuesto, de la prensa que viene a constituirse en un control del ejercicio de quienes se encuentran, circunstancialmente, manejando los destinos de la sociedad. Es entonces que la prensa, en muchos casos, se convierte en un obstáculo para quienes consideran que el Poder los convierte en dueños del país, o de una determinada región, donde ejercen su actividad política.
Es aquí, donde la prensa es considerada una “oposición” o “enemiga” de quienes, al manejar recursos e instrumentos públicos, se sienten “acosados” por la radio, la televisión o por la prensa escrita; cuando esos Medios, no hacen sino cumplir su deber, de orientar y fiscalizar la actividad pública, de la que todos somos parte.
El señor alcalde de la ciudad de Santa Cruz, aparte de actitudes inusuales, contagiado con el discurso ahora muy de moda, con el cual parece estar completamente de acuerdo, ataca a un diario cruceño, como es “El Deber”; lo califica torpemente: "Ese periódico es una bosta, para nosotros. Nos quiere humillar, nos ningunea, como dicen los argentinos, así nos trata ese periodicucho. Esa familia no nos quiere y no sé por qué", dijo el alcalde en un acto público.
Pero, no es la primera vez que el lengua suelta y manos largas del personaje ataca, insulta y lanza improperios contra la prensa y los periodistas. Agredió física y verbalmente a la periodista Cedeño de la red Unitel; el Alcalde, haciendo uso de su “poder político”, echó a empellones a la periodista, por una pregunta que no fue de su agrado. Forcejeó e insultó a la periodista del periódico cruceño “El Deber”, Deisy Ortiz. También agredió verbalmente a Alicia Bress, reportera de ese mismo matutino. El año pasado insultó al periodista de Canal 11, Milton Montero. Le dijo “burro y que rebuzne”.
El señor Fernández, sigue la línea del oficialismo; su forma de actuar, tiene muchas coincidencias. Parece temerle a la prensa, por eso su reacción de defensa con el ataque. Este sábado, Fernández tildó de ‘bosta’ al periódico cruceño, de ‘hipócritas’ y ‘maricones’ a los periodistas, para terminar, colmo de colmos, amenazando de muerte a los periodistas, algo que encaja, a no dudarlo, en una conducta de tipo penal. “Quiere verlos dos metros bajo tierra”. (¿esa frase no le suena conocida?). Y ahora, no se diga que estamos malinterpretando. Estar dos metros bajo tierra, no es precisamente un juego de “oculta - oculta”.
Todas esas actitudes del alcalde cruceño, ameritan juicios penales y una reacción legítima de los periodistas y de las instituciones que los representan. Hoy en día los periodistas y los Medios, son denunciados de discriminación por una interpretación semántica de algunas declaraciones; sin embargo, los insultos de grueso calibre y las amenazas de muerte hechas públicas con saña y alevosía, por el senil alcalde parece que, por lo menos hasta el momento, gozan de una inusual impunidad.
Todo anciano merece respeto; pero, si sus actitudes no condicen con la sana razón que debiera tener una persona normal a la cual generalmente la vida le otorga sabiduría, amerita una reacción firme de los afectados porque se estaría cometiendo delito de discriminación; y lo que es peor, por amenazar de muerte, debiera enfrentar un juicio por un delito que está tipificado en el Código Penal.
Por lo menos…esa es mi opinión.
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