¡Siguen las bromas pesadas! La politiquería se va pareciendo cada vez más a ellas. Y en estos días nos hemos dado el lujo de exhibir ante el mundo, en singular escaparate de cosas raras, un gazapo gramatical de buen talle y una convocatoria por el supuesto armamentismo chileno. “La Moneda” se ha callado en siete idiomas. Tal vez por aquello de que a palabras necias…
Pero el desacuerdo sobre qué dice o no dice una frase ha generado una abrupta controversia. Sigue el río de tinta y el fuego cruzado también. Si no es una “pelota de trapo” para distraer al “soberano”; es decir, un pretexto para arremeter contra la prensa y los periodistas, el enjuiciar a los supuestos “discriminadores” y “racistas”, endilgándoles lo que no han dicho, es una falta grave de lesa cultura idiomática. De esas para las que un gran maestro de la Lengua pedía diez años de cárcel.
Empero, el “cuerpo del delito”: la frase en cuestión, es de total transparencia semántica y objetividad formal. No hay donde perderse, como diría mi vecino. Veamos:
El ciudadano que ejerce doble presidencia, (de las federaciones cocaleras del Trópico y del Estado Plurinacional) no es muy pulcro en el manejo del idioma. La habitual ambigüedad de su discurso puede interpretarse de diferentes formas, incluso contradictorias. Pero en el de referencia ni siquiera hubo eso. En las dos versiones que siguen, ¿cuál diría usted que es de la prensa y cuál del Presidente?
-“En el oriente sólo por flojos podemos hambrear”
-“Si se hambrea en el oriente es por flojera”
Una de ellas ha revuelto el mal humor de varios ministros. Sin embargo, con muy poca variación estructural y morfológica, ambas dicen exactamente lo mismo. El sentido no cambia un ápice. En la expresión presidencial el adverbio “sólo” está definiendo el carácter condicional. En el titular de ANF ese mismo carácter (condicional) está determinado por la conjunción subordinante “si”.
En ninguna se afirma que los orientales son flojos o víctimas de la flojera. Al sentirse aludidos le hicieron juego al gobierno. Se dice “podrían ser si…” Ahora, si la palabra “flojos” o “flojera” tiene intrínsecamente la connotación racista, en tal caso el presunto reo tendría que ser el que la utilizó y no el “mensajero”. Desde luego no sería raro que haya una intencionalidad vedada, pero es la guerra cuyo lenguaje sólo los políticos entienden sin que esté escrito. Si el jefazo no estuviera ya en campaña proselitista, tampoco le importaría gran cosa.
En resolución: no tiene caso afilar la “guillotina jurídica”. Una evidente falla en la lectura comprensiva, (si no es de mala fe) ha hecho descargar ruidosamente toda una batería de tiros al aire: “cobarde”, “premeditada”, “alevosa”, “inescrupulosa”, “antiética”, “manipuladora”. Además, se ha dicho que el director de ANF “miente”, “calumnia” y “provoca”. Aquí sí hay materia justiciable; merece juicio penal esa gratuita lengua viperina. Mejor si se recurre a una justicia no muy ordinaria.
(*) El autor es pedagogo y escritor
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