De tanto reclamar y mucho fastidiar a los encargados de la distribución del Gas Licuado de Petróleo (GLP) tenía que saltar la verdad, claro que descubriendo una sarta de mentirillas que se guardaban muy bien en la denominada Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) que ahora tiene un plazo para solucionar problemas que confrontan diariamente los encargados de la distribución de las garrafas en los diferentes barrios de la ciudad.
El problema que los vecinos atribuían de manera directa a los chóferes de los camiones distribuidores que se niegan a recorrer una o dos cuadras más en cada barrio para atender la venta de gas en condiciones favorables a las familias, resulta que es una instrucción de la ANH, que además instruye no vender a menores de 18 años, siendo que en los barrios, jóvenes, hombres y mujeres menores a esa edad cooperan a sus padres en deberes domésticos y entre estos la compra del energético.
Resulta además incongruente que se prohíba la provisión del GLP a más de dos garrafas, cuando por la escasez del producto y porque los carros no cumplen su función las familias tienen entre tres y hasta cuatro garrafas vacías que deben ser reemplazadas para poder nivelar el consumo de gas, en cocinas estufas y calefones, lo que no puede restringirse.
Los distribuidores señalan ante los vecinos y lo hicieron además en su protesta pública, que la ANH fija ciertas rutas y los camiones con gas no deben salir de los límites asignados, aún observando que a menos de una cuadra de distancia hay personas con varias garrafas esperando por horas la llegada de los “dichosos distribuidores”. Es más, los camiones que no han agotado su stock deben depositar las garrafas no vendidas en YPFB, las que serán redistribuidas al siguiente día, cuando esos camiones deberían seguir vendiendo en horas de la tarde, medida además que debería ser aplicada todos los días del mes, inclusive los fines de semana.
Lo que mencionamos en repetidos comentarios editoriales, se justifica plenamente y es que la distribución de GLP en la ciudad es totalmente caótica, así lo reconocen los encargados de llegar con las garrafas a los barrios, pero con un aditamento que es importante y que salta como evidencia de un pésimo trabajo de organización, sin planificación que contemple un servicio eficiente que satisfaga la alta demanda en muchos barrios de la ciudad.
Nadie sabe bajo qué criterios se han dispuesto algunas instrucciones restrictivas a los distribuidores, sin tomar en cuenta las necesidades de los vecinos, sus dificultades para llegar hasta los sitios de venta en las rutas prefijadas, cuando además hay que lidiar con los choferes que no salen de sus camiones, no tienen billetes, ni monedas para dar cambio y lo que hacen es dejar a decenas de vecinos sin la esperada provisión de GLP.
Valga la ocasión para reiterar algunas sugerencias que ya las formulamos en repetidas ocasiones y que tienen que ver con la ampliación de la venta de GLP, durante todo el día, con una mejor distribución de los carros a los diferentes barrios, especialmente aquellos marginales donde aún no hay instalación domiciliaria de gas, por otra parte, eliminar esa discriminatoria instrucción de sólo atender en rutas fijadas, en perjuicio de centenares de vecinos.
Por lo demás el GLP debe llegar a los hogares como sucedía hace tiempo, cuando las empresas distribuidoras tenían su propio esquema de atención, con mejor visión que la ANH, que ahora resulta ser la causante de los problemas que tienen que soportar los vecinos de todos los barrios.
Fuente: LA PATRIA
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