Está visto que para una parte de la ciudadanía, esa que sin ser mayoría es sólo observadora de los movimientos que se producen en el sistema financiero nacional, la medida de aumentar el valor del dólar en las transacciones cotidianas no tendrá mayor efecto si en cierta parte de esa población eso de manejar dólares es apenas un deseo.
Sin embargo, se ha podido observar que la clientela del sistema financiero en general ha crecido en un volumen increíble y quien más, quien menos, acude a la banca para poder financiar nuevos emprendimientos de toda escala y valor, empezando por el sector de las pequeñas y medianas empresas que han logrado incorporarse a ese sistema con algunas ventajas particulares, entre algunas, créditos blandos en largos plazos, crecimiento de talleres o incremento productivo, el rubro de la vivienda con otras posibilidades que hace tiempo atrás no existían, en fin algunas modificaciones aplicadas por las entidades financieras que han abierto las puertas a la mayoría ciudadana, ahora activa en el sistema bancario, aunque pagando intereses que todavía no entraron en la “franja de la condición social”.
Ahora bien, según los jerarcas de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia, (Asoban) la alícuota adicional que ha dispuesto el Gobierno para las transacciones en dólares en todo el sistema financiero tendrá un efecto negativo y alejará las inversiones. Se trataría de ciertas decisiones de grupos financieros, algunos externos, que tendrán muchas dudas para encarar proyectos de apoyo financiero a ciertos bancos del sistema nacional.
El Secretario Ejecutivo de Asoban fue claro al señalar que “la aplicación del tributo adicional disminuirá las utilidades (de la banca) y por ende los montos que podrían capitalizarse”, añadiendo además que “el impuesto (vía dólares) reduce la rentabilidad y en el mediano plazo hace menos atrayente la actividad de intermediación financiera”, para buenos entendedores significará justamente la disminución en el volumen prestatario y los emprendedores del momento serán los directamente afectados, por reducción en las operaciones crediticias.
Según la Asoban el sistema bancario estuvo reinvirtiendo más del 50 % de sus utilidades en la ampliación de capital, lo que posibilitó un mayor crecimiento en las operaciones de crédito, lo que se supone tendrá variables en el futuro con restricciones directas a las operaciones crediticias.
Para el Gobierno la determinación tiene otro objetivo y es justamente reducir las “utilidades” del sistema financiero, rescatando parte de tales beneficios en provecho directo del Estado que frente al nivel de ganancias en el sistema financiero algo será recuperable para impulsar quizás otros planes de apoyo al sector de los emprendedores productivos.
El asunto de momento es intrincado por sus derivaciones, las cosas de manera numérica como corresponde al tema dejan algunos vacíos entre la ciudadanía común, pues algunos objetivos delineados antes de la decisión gubernamental podrían no cumplirse por las medidas que con seguridad dispondrá el sistema financiero nacional, “defendiendo su estado patrimonial”.
De aquí en adelante las transacciones en dólares, el plan de “bolivianización” de nuestra economía, pero de por medio la suerte de clientes del sistema y de nuevos ciudadanos “tentados” por una enorme publicidad y “engañosa” en algunos contenidos, puede tener variantes sustantivas, todo dependerá del tiempo y el modo en que el sistema financiero nacional se acomoda a la nueva estructura impositiva.
Fuente: LA PATRIA
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