Aunque todo el año debería dedicarse el tiempo suficiente a la preparación del Carnaval de Oruro, algunos detalles que merecen tratamiento especial tendrán que ser analizados a partir de las reuniones que sostengan los dirigentes de las organizaciones orureñas que ya proyectan la preparación del nuevo acontecimiento, que oficialmente comenzará el mes de noviembre.
Serán dos meses de intenso trabajo para establecer las mejores condiciones del desarrollo carnavalero del 2013, de modo que los problemas que todavía persistieron en la última edición sean eliminados para su nueva realización.
En realidad los aspectos más connotativos y que tienen que ver con la búsqueda de una mejor presentación del gigante acontecimieneto, no están directamente relacionados con la participación de los conjuntos folklóricos y sus componentes, estos son los devotos que trabajan de manera personal, invierten, se entrenan, se preparan física y coreográficamente y se presentan de la forma más elegante para lucir galas especiales durante los días de su participación entre el Sábado de Peregrinaje en homenaje a la Virgen del Socavón, pasando por el domingo de corso, el lunes del diablo o el moreno, el martes de challa é inclusive la tentación. Todo bajo directa responsabilidad de los devotos.
Los problemas de cada carnaval están circunscritos a los aspectos colaterales de organización, empezando por la pugna anual en la distribución de porcentajes por la venta de los metros lineales, armado de graderías y la venta de asientos, por un lado; por el otro los gastos que efectúa el municipio en arreglo de calles, iluminación pública, instalación de baños públicos y otros detalles propios de la temporada, mientras que los conjuntos trabajan en asegurar el aporte de “padrinos” que gastan en propaganda para vender productos, que por ordenanza municipal están prohibidos, el caso de las bebidas alcohólicas.
Por otra parte, si bien se observó una disminución en el abusivo uso del agua para el juego de la juventud y las batallas callejeras con globos, no se pudo rebajar el ostentoso uso de las dañinas y peligrosas espumas que se utilizaron indiscriminadamente y que deberían desaparecer para el próximo carnaval, si de inmediato se dispone vía Aduana la estricta prohibición de importación del producto y además se advierte con fuertes sanciones su internación de contrabando. En ambos casos las medidas preventivas deben ser implantadas con suficiente tiempo.
Por lo demás, los problemas por ejemplo entre conjuntos folklóricos y bandas, desacuerdos entre grupos, asignaciones de la entidad hacia sus afiliados, el caso de las promociones y las prohibiciones deben ser tratadas en talleres y mesas de trabajo que comiencen a la brevedad posible y sean manejadas por quienes son responsables de la organización del carnaval bajo disposición vigente, el caso de la Alcaldía, el Comité de Etnografía y Folklore, la ACFO y bajo aprobación de esas tres instituciones, quien sabe se incorporen en ciertas mesas de trabajo, a delegados del Comité Cívico, de las bandas y necesariamente de la Policía y las FF.AA.
Lo importante es que las instituciones responsables de organizar el acontecimiento se pongan a trabajar cuanto antes, sin perder de vista la obligación de trabajar en busca de mejorar nuestro carnaval sin miramientos y sin egoísmos.
Fuente: LA PATRIA
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