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Domingo 26 de agosto de 2012

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Revista Dominical

La Guerra del Chaco en el sentimiento orureño

26 ago 2012

Fuente: LA PATRIA

Por: Mónica Aramayo Quinteros - Periodista

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La Guerra del Chaco, aquella herida que todavía sangra en el sentimiento boliviano, sin lugar a dudas tiene muchos matices de su historia que no se contaron y no se contarán, pues quedaron en el recuerdo o la transmisión oral anónima de generaciones pasadas, sin que nadie haya podido condensar la riqueza de su valía.

Sin embargo, a partir precisamente de la tradición oral, la escritora Elvira Cárdenas Román, recogiendo el testimonio de su padre Enrique Cárdenas Condarco y una posterior revisión hemerográfica y cartas de combatientes, deja plasmada en su libro: “Oruro en la Guerra del Chaco”, una fracción de la historia de la contienda vivida del otro lado, aquel donde sus protagonistas, en algunos casos no son los hombres que partieron al frente para combatir en las candentes arenas del Chaco boliviano.

Es así que la autora trata de de mostrar cómo paralelamente a las batallas en medio de armas, en Oruro las familias de los combatientes debían librar batallas contra la soledad, el desamparo, el hambre y la miseria.

La historia narrada por Cárdenas, está entremezclada con transcripciones de escritos de prensa, particularmente publicadas en el Matutino LA PATRIA, donde por ejemplo se indica que “los muchachos del periódico” decidieron marchar a la batalla. Es el caso de Eduardo Ocampo Moscoso, que dejó su puesto en la redacción del diario, considerando que su lugar estaba en el Chaco, al igual que Ernesto Vaca Guzmán, reconocido entre sus compañeros por su buen humor y partió diciendo que a la guerra también hay que “arrancarle sonrisas”.

También partieron desde la sala de redacción Rafael Ulises Peláez y Remberto Capriles Rico.

Entre los destacados hombres también se enroló Luis Humberto Beltrán, padre de Don Luis Ramiro Beltrán, sobresaliente comunicólogo boliviano. Luis Humberto era reconocido por ser especialista en el manejo del mortero, arma de artillería utilizada en el Regimiento Camacho, quien habría sido herido en la contienda y luego no podía caminar. “Lucas Soto su estafeta, que lo acompañó y cuidó hasta su muerte, con la ayuda de otro soldado construyó un ataúd y lo enterró con modestas pero emocionada honras fúnebres en el cementerio del Fortín Soto Villca”, describe Cárdenas en las páginas de su libro.

En aquel tiempo de la contienda personalidades como Luis Mendizábal Santa Cruz, periodista y escritor, así como Gilberto Rojas, el mayor compositor de la historia musical de Bolivia, el aviador Rafael Pabón, entre otros; asumieron el compromiso de luchar en defensa del territorio nacional.

La misión se completó con los religiosos de la orden de los franciscanos, como capellanes de guerra, que en el campo de batalla fueron útiles curando a heridos y enfermos.

En la revisión de antecedentes históricos, la autora encontró información que los miembros de la Morenada Cocanis, también se sumaron a las filas de soldados para partir al Chaco, “dejando a Oruro sin su Carnaval durante el tiempo que duró la contienda”.

MADRINAS

Un capítulo muy particular en la obra “Oruro en la Guerra del Chaco” está dedicado a las “madrinas de guerra”, mujeres elegidas por los soldados; ellas podían ser sus hermanas, tías, enamoradas o amigas, que debían alentar a los combatientes ofreciéndoles sentimientos de valor y una ayuda moral y hasta material para fortalecer el espíritu combativo.

En ese tiempo las cartas, que debían viajar miles de kilómetros, eran el único y mejor medio de comunicación, para llevar hasta el centro del combate las máximas inspiraciones transcritas al papel. Sentimientos de amor y dolor se intercambiaban en su contenido.

El mayor estímulo para la “madrina” era a la conclusión de la guerra poder abrazar a su ahijado.

EDUCACIÓN

Producto de la crisis económica, en la que se encontraba Bolivia, en los años 30 del siglo pasado, el Consejo Nacional de Educación clausuró en Oruro el Jardín de Niños “Rodolfo Soria Galvarro” así como dispuso la fusión del Colegio “Simón Bolívar” con el Liceo de Señoritas “Pantalón Dalence”. Al margen se presentaban otros problemas en unidades educativas incluso las cantonales.

Por disposición de autoridades municipales, las libretas escolares de 1933 debían llevar impreso el mapa del Chaco completo con los fortines y puestos bolivianos y paraguayos con la finalidad de difundir en conocimiento patriótico nacional.

HOMENAJES Y ACTIVIDADES

El pueblo de Oruro, cuando la sicosis de la guerra se apoderaba del ambiente, propiciaba homenajes y realizaba una serie de actividades como muestras de aprecio y cariño a los combatientes, como es el caso de los soldados del Regimiento Camacho 1º de Artillería que tras recibir un agasajo partieron al frente.

Así también la entonces artista María Luisa Luzio ofreció conciertos de piano, cediendo las recaudaciones a favor de los hombres que combatían en pro de la defensa nacional. A este tipo de desprendimientos se sumaban la proyección de películas y otro tipo de actividades para generar ingresos económicos que luego serían enviados al frente.

ADIÓS ORURO DEL ALMA

La cueca “Adiós Oruro del Alma” era una especie de himno que los reservistas cantaban en los andenes de la estación de trenes, antes de partir al Chaco. “"Adiós Oruro del Alma, linda ciudad de mis sueños, ya no volveré a tus calles, ni pisaré tus arenas. A la Virgen del Socavón, le ofrendo mis sufrimientos y a vos negrita querida te ofrezco mi corazón".

Esta canción fue escrita por Jaime Medinacelli Ressini”, inspirado en el llanto y las escenas de congoja que se vivían en el momento de la partida.

Otro de los temas de la época, titulado "Infierno Verde", también fue descrito en extenso en la página social del Diario LA PATRIA, "Si aún queda llanto en tus ojos, para llorar mi partida, no llores mientras la vida, deje un minuto de amor; ese minuto de vida, a la orilla de la muerte, tiene el encanto de verte, resignada ante el dolor, llorarás cuando me vaya, cuando ya nadie de mi se acuerde, porque del infierno verde, sólo Dios se acordará". Cueca que hasta hoy motiva los sentimientos más profundos y hasta las lágrimas de los pocos héroes que todavía pueden narrar testimonios de la época, o sus familiares al recordarlos.

MUJERES

En esta parte de la historia nacional rescatada por Elvira Cárdenas, se destaca que ,mientras los hombres marchaban al frente, las mujeres tenían también un papel protagónico en Oruro, es el caso de la Sociedad Pro-Chaco de Señoras, creada precisamente con el objetivo de apoyar a los combatientes, que organizaba colectas de alimentos y otros enseres que además serían distribuidos entre huérfanos y viudas de la guerra.

En 1930, hasta Oruro llegó la española Madre Nazaria Ignacia March de Santa Teresa, y viendo la situación de pobreza comenzó a trabajar para ayudar al prójimo es así que fundó la “Olla del Pobre” con un éxito colosal, donde se distribuían 2.200 raciones diarias de alimentos. Ella decidió evangelizar y educar a la población recurriendo al uso del quechua.

Impulsó la creación de la Sociedad Católica de Obreras, rescatando el valor de la mujer dentro la solidaridad de los pueblos. También fue parte de su misión la creación de la escuela de huérfanos como la Escuela “Penny”.

Fuente: LA PATRIA
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