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Domingo 26 de agosto de 2012

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Revista Dominical

Por la unidad estructural del idioma

La Academia Boliviana de la Lengua cumplió su LXXXV año de fundación (Segunda parte)

26 ago 2012

Fuente: LA PATRIA

El Pdte. Siles ordenó su creación; R. Villalobos su I Director • Dos de sus ilustres conductores fueron redactores de LA PATRIA • La Academia sesionó en Oruro en 2006 en homenaje al IV Centenario • El Estado incumple desde 1969 un convenio multilateral de apoyo • Por: Ángel Torres Sejas

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La Academia Boliviana de la Lengua, correspondiente de la Real Española, cumplió ayer, su octogésimo quinto aniversario de creación, todavía sin sede propia no obstante la adhesión boliviana a un Convenio Multilateral suscrito en Bogotá el 28 de julio de 1960 y a poco aprobada por el Congreso Nacional, por el que cada Estado suscriptor asume el deber de dotar a su respectiva Academia de sede propia y de un presupuesto anual para su funcionamiento.

La Academia Boliviana de la Lengua fue fundada el 25 de agosto de 1927 por un Ministro de Estado, un Senador de la República y un Publicista, los tres connotados hombres de letras de su tiempo, en cumplimiento a una instrucción del Presidente Hernando Siles Reyes; es decir, con el mejor auspicio para su desarrollo y, mucho más con el inmediato reconocimiento por la Real Academia de la Lengua Española en la Academia correspondiente en Bolivia, el ocho de marzo de 1928.

El que la corporación boliviana de la Lengua no cuente desde su fundación con casa o edificio propio, como otras academias afines, si mal constituye una limitante a su funcionamiento, no es óbice para el cumplimiento de su razón de ser, señalado en su Acta de fundación, en sus estatutos, acuerdos adoptados en los diferentes congresos ordinarios y especiales de academias de la Lengua y disposiciones consensuados de la Academia Iberoamericana de Academias de la Lengua Española.

“ANTES DE QUE

FUERA YA ERA”

En un feliz símil dicho y escrito por el poeta, escritor, erudito y académico orureño D. Condarco Morales con respecto a su ciudad natal, de que antes de que ya era, en el sentido de que antes de la fundación formal de la Villa de San Felipe de Austria, en el lugar ya existía un poblado habitado por pocos hispanos y otros europeos, muchos criollos, bastantes mestizos y muchísimos más nativos; así mucho antes de que la Academia Boliviana fuera creada, Bolivia ya contaba con seis académicos correspondientes de la Real Española, designados directamente desde Madrid.

Trátase sucesivamente del sensitivo vate Ricardo José Bustamante, el prelado y orador sacro Miguel de los Santos Taborga, el jurisconsulto y diplomático Belisario Boeto, el estadista Severo Fernández Alonso, el escritor y periodista José Manuel Gutiérrez y Benjamín Blanco, Rector de la Universidad de Cochabamba, todos entre 1876 y 1892.

El académico Fernández Alonso llegó a presidente de la República entre agosto de 1896 a abril de 1899. Habíase iniciado de sacerdote, estudio leyes en la Universidad de San Francisco Javier; fue Ministro de Gobierno, después de Guerra y Vicepresidente durante el Régimen de Mariano Baptista Cazerta.

El académico Benjamín Blanco y Unzueta, aparte del rectorado de San Simón, en 1910 tuvo la satisfacción de publicar en Madrid un tratado de “Ortografía Castellana”.

Tras de constituirse la Academia Boliviana en agosto de 1927, los académicos directamente correspondientes de la real Española que se mantenían con vida, fueron incorporados de hecho a su seno.

LA FUNDACIÓN

Contrariamente a la suposición de que el acto de fundación de la Academia Boliviana fuera solemnísimo, no pasó de lo austero y hasta ribeteado de burocratismo.

No es que el Presidente Hernando Siles se le hubiera ocurrido de un día para otro dar pie a una Academia de la Lengua. Fue resultado de una hábil gestión diplomática del entonces Cónsul del Reino de España en Bolivia, quien supo cultivar la amistad del mandatario y persuadirle del interés y prestigio para Bolivia el contar con su propia academia, al igual que otros países americanos, con la finalidad de preservar los valores del idioma común.

El mandatario, más que receptivo, ejecutivo, instruyó a su Ministerio de Instrucción Pública y Agricultura, Víctor Muñoz Reyes, adoptar los recaudos para tal cometido, quien con presteza convocó a su despacho a dos conocidas personalidades del medio, el Senador Francisco Iraizós y al Publicista Rosendo Villalobos, entre quienes se procedió a la fundación en Bolivia de la “Academia de la Lengua Española” con la grave misión de “fomentar el cultivo y estudio de las letras, mantener la pureza del idioma, sin perjuicio de su normal desenvolvimiento; verificar el origen de los bolivianismos y establecer la legitimidad de los que la merezcan; publicar a que en Bolivia se realicen los fines que la Real Academia Española se propone”, tal se expresa en el Acta de Fundación rubricada por las tres personalidades.

ACADEMIA

CORRESPONDIENTE

Entre los primeros acuerdos de tal reunión, se encomendó al Ministro Muñoz Reyes comunicar del hecho a la Real Española, en tanto que Irraizós y Villalobos quedaron encargados de redactarlos proyectos de estatutos y reglamentos.

El Ministró informó de la fundación académica boliviana a su par española en fecha primero de octubre de 1927 y ésta respondió el ocho de marzo de 1928, su conformidad, con lo que la Academia Boliviana de la Lengua pasó a Correspondiente de la Española, adjuntándose a las 13 anteriormente fundadas en otros tantos países americanos. La primera fue la de Colombia, establecida en 1871, en tanto que la de Paraguay precedió a la nuestra en casi dos meses, el 30 de junio de 1927.

Muñoz Reyes pudo ser el primer Director académico, mas sus deberes de estado indujeron a que el cargo recayera en el publicista Villalobos.

PERIODISTA

Y LITERATOS

No se han publicado biografías formales de los tres académicos fundadores, sino ocasionales registros de vida, de los que bien vale una ligera actualización.

Víctor Muñoz, abogado de profesión, hizo periodismo, destacó como historiador y en la diplomacia; hacia 1925 se le respetaba como a “erudito contemporáneo”.

Al organizarse el primer directorio de la Academia Boliviana con Rosendo Villalobos como Director, Muñoz Reyes pasó a Secretario académico, cargo que lo desempeñó hasta su deceso en 1940, siendo reemplazado en la función por Juan Francisco Bedregal.

Muñoz, en el ejercicio de sus múltiples quehaceres, “hizo desde joven un intensa vida intelectual, consagrado en preferencia a los estudios científicos”. Como periodista, aparte de integrar redacciones, fundó el periódico “El Tiempo” que lo mantuvo durante varios años, en La Paz.

En su tránsito diplomático formó parte de las Comisiones de Límites con la Argentina y Chile.

De su labor de escritor se dijo que se ocupó con bastante competencia de temas de historia, geografía y bibliografía. Se lo definió de “escritor sobrio y medular, cuya serenidad corre pareja a su erudición”.

OBRA DE CENÁCULO

Francisco Iraizós, boliviano de ascendencia vasca, era respetado como periodista y literato, y cual rareza en su tiempo, como un apasionado de la Filología.

Sus escritos -dice una reseña- se distinguían por su corrección gramatical y un buen conocimiento del idioma, empero, sin plasmarlo en libro alguno, sea de literatura general o en torno al idioma, por lo que sus detractores solían afirmar que “el gran talento de Iraizós era no publicar nada”; no obstante lo cual, en 1901 publicó “Asuntos bolivianos”: El sudeste de Bolivia”.

Ha figurado en la política, fue Ministro de Estado, Senador y se desempeñó en la diplomacia.

Durante una estancia suya en Buenos Aires, a principios del Siglo XX, se vinculó de poetas y prosadores modernistas, cultivando una gran amistad con Rubén Darío, quien le dedicó un ejemplar de su “Prosas profanas”.

Como académico dejó sitio con su deceso a D. Casto Rojas, quien en su discurso de ingreso a la Academia Boliviana, en septiembre de 1942, en el panegírico de estilo, dijo de Iraizós:

“Pero su obra más valiosa se realizó en el cenáculo literario, en la plática cordial e íntima entre camaradas de su generación. En este campo otrora perfumado de romanticismo y caldeado por las altas ambiciones, Iraizós fue el freno regulador de los impulsos atropelladores, el crítico prudente y benévolo, el consejero sagaz que señalaba con autoridad de maestro la directiva justa de la acción literaria o política”.

EL PRIMER

DIRECTOR

D. Rosendo Villalobos tuvo el honor y la responsabilidad de ser el primer Director de la Academia Boliviana, desde 1927 hasta 1940, año de su defunción, eligiéndose en su reemplazo a D. Juan Francisco Bedregal, inmediato ex Secretario académico.

Una reseña biográfica lo presenta como poeta y hombre público, nacido en La Paz en marzo de 1859.

Abogado de profesión, se desempeñó un buen tiempo como profesor de castellano y organizó laboriosamente una Biblioteca Pública de la que fue su director.

Como poeta, mejor como literato, en 1874 fundó con Claudio Pinilla y José Vicente Ochoa un celebrado Círculo Literario. Diez años más tarde, como Adjunto a nuestra Legación diplomática en Perú, se vinculó y cultivó la amistad de escritores del prestigio de Ricardo Palma, Manuel González Prada y Luis Benjamín Cisneros. Se afirma que actuó con lucidez en el Ateneo de Lima y que escribió asiduamente para acreditadas publicaciones periódicas como "Revista Social" y “El Perú Ilustrado"; asimismo, que fue miembro de la Sociedad de Escritores y Artistas de Madrid; socio correspondiente de los Ateneos de Lima, Santiago de Chile y de El Salvador.

Entre 1885 a 1925 publicó más de diez libros de poesía, prosa literaria y ensayo.

Augusto Guzmán no deja de ser severo con el estreno de Villalobos, a quien juzgó de poeta romántico desvaído; pero no niega su valía literaria modelada, diríamos, por el tiempo que le cupo vivir.

ACADÉMICOS DE LEY

Echada a andar la Academia Boliviana de la Lengua, Correspondiente de la Real Española, bajo la dirección de Villalobos, tuvieron lugar las primeras incorporaciones estatutarias, sobre todo en lo pertinente a cuidadosa selección, presentación y lectura de discursos de ingreso del candidato y su consiguiente respuesta por el Director.

Tratóse sucesivamente del Dr. Hernando Siles, entonces en ejerció de la presidencia de la República, chuquisaqueño; del poeta cochabambino Javier A. del Granado y del político y también hombre de letras Florián Zambrana.

No conocemos los títulos de los discursos leídos, como tampoco de los detalles protocolares que, en el caso del académico Siles Reyes debió haber sido de resonancia, debido a que el archivo inicial de la Academia no tuvo secuencia centralizada, en razón a la carencia también desde el principio de una sede propia. Los papeles debieron quedar en poder de los Secretarios académicos de turno. Lo peor vino con la Guerra del Chaco que movilizó cívicamente a la nación y dislocó el funcionamiento institucional, al igual que el de otros entes culturalistas.

Lo grave es que esa realidad se prolongó durante bastante tiempo, siendo causa para el extravío de documentos originales desde 1927 hasta 1952, cuyo vacío, empero, fue posible llenar en parte gracias a una valiosa pesquisa en el Archivo de la Real Academia por parte del entonces Secretario académico D. Humberto Vázquez Machicao, quien en 1956 publicó un esclarecedor artículo en "Presencia literaria" bajo el título de "Nacimiento y vida de la Academia Boliviana de la Lengua, Correspondiente de la Real Española" y, años más tarde, reproducido en la revista académica "ANALES", Nro. 6 (1990).

A su tiempo, los Directores Porfirio Díaz Machicao y Carlos Castañón Barrientos publicaron otras reseñas actualizadas de la Academia.

DOS DIRECTORES

En el curso de 1929, cuando en Oruro se vivía aún en progreso urbano, bonanza y cosmopolitismo, durante el trasiego humano de y hacia la ciudad, llegaron alternativamente tres jóvenes veinteañeros procedentes uno de La Paz y dos de Cochabamba. Tratábase de Porfirio Díaz Machicao, de Rodolfo Salamanca Lafuente y de Walter Montenegro, quienes no demoraron en ser incorporados al diario LA PATRIA donde se iniciaron en el periodismo y en las letras. Eduardo Ocampo Moscoso era el jefe de Redacción, Fernando Loayza Beltrán, Casto Quezada Palma (cruceño) y unos tres más los principales redactores; Luis Mendizábal Santa Cruz, oficiaba de reportero.

Tras unos siete años de residencia en Oruro, alternativamente también, cada uno se trasladó a La Paz, a Cochabamba y nuevamente a La Paz donde continuaron sus quehaceres de periodistas y escritores hasta alcanzar prestigio, nombradía y degustar las mieses del saber: publicar libros, ser incorporados a las Academias de la Lengua y a la de Historia, Montenegro también a la diplomacia. Díaz Machicao y Salamanca Lafuente, en tanto académicos llegaron a Director y Presidente de sus respectivas academias, en realidad de las dos porque eran biacadémicos y correspondientes de las de España, y las de otros países. Viajaron a congresos, dieron conferencias magistrales, etc.

Díaz y Salamanca vivieron con intensidad el periodismo, soportaron confinamientos a regiones malsanas; llegaron a directores interinos y titulares de diarios. Salamanca erigióse en digno propulsor de la historiación del periodismo en Bolivia y de la formación académica de los redactores.

Como escritores, Díaz Machicao publicó 40 libros en los géneros de cuento, novela, historia, biografía, antología y autobiografía. A Salamanca se le premió y publicó en 1950 “Viento huracanado”, escribió ensayos, estudios e hizo hallazgos en materia de periodismo. Dedicó años a la redacción de una historia del periodismo boliviano que ha dejado inédita e hizo posible en 1981 la segunda edición por el Banco Central de Bolivia del primer trabajo sobre historia patria, de Manuel José Cortés, intitulado “Ensayo sobre Historia de Bolivia” (1861), por lo mismo con prólogo suyo.

Porfirio Díaz Machicao nació en La Paz el cuatro de septiembre de 1909, falleció en la misma ciudad. Rodolfo Salamanca en Cochabamba el 27 de junio de 1911, dejó de existir en La Paz, el 15 de noviembre de 1998.

LA REVISTA “ANALES”

Un hito académico que lo proyectó hacia la comunidad de intelectuales y resto de la sociedad, fue la creación en 1985 de la Revista ANALES, a iniciativa del Director Juan Quirós, corno la tercera creatura suya en publicaciones literarias periódicas, después de la revista SIGNO y la desaparecida "Presencia literaria”; aparte, claro, de sus obras en poesía y crítica literaria.

Apareció bajo la dirección del entonces Secretario académico D. Carlos Castañón B. Sus contenidos eran y son reflejar las actividades internas, desde la difusión de los discursos de ingreso, de nuevos académicos y de respuesta, estudios idiomáticos y literarios.

Hasta su edición 23 correspondiente a 2008 se mantuvo con el logo original, empero a partir del Nro. 24 bajo la dirección de D. Armando Mariaca Valdéz, se adoptó el nombre de ANUARIO, sin afectar la estructura original de contenidos como no fuera mejorarlos. Cada Secretario académico, a su turno, fue y es director de la revista.

Como la Academia no cuenta con un presupuesto de funcionamiento, el coste de las ediciones se cubre gracias a malabarismos financieros. En vida de Mons. Quirós, el coste era cubierto total o parcialmente por él, de forma anónima, sólo uno o dos académicos sabían de tales desembolsos, hasta que en una junta se acordó señalar una cuota por edición.

La revista académica ahora con el logo de ANUARIO llegó a su vigésimo sexta edición, bajo dirección del Secretario Acd. D. Alberto Bailey Gutiérrez.

PRESENCIA ORURENA

A diferencia de la Academia Boliviana de la Historia, fundada en 1929, en cuya primera directiva se contó el publicista orureño León M. Loza (vicepresidente) la incorporación de escritores orureños a la Academia de la Lengua tuvo su demora y al presente su número resulta bastante significativo.

Es que a los académicos no se elige por departamento de la República, como para el Congreso Nacional ahora llamado Asamblea Legislativa, sino tras una cuidadosa calificación de méritos y trayectoria intelectual.

Así, el primer escritor orureño en ser incorporado a la Academia Boliviana fue D. Ramiro Condarco Morales, el 23 de abril de 1987, un acto realizado en el auditorio de la Academia de Ciencias de Bolivia. Su discurso de ingreso intitulado “Tetragrama de la Lengua castellana” fue respondido por el Director Juan Quirós.

D. Luis Ramiro Beltrán Salmón, periodista, comunicólogo y Premio McLuhan de Comunicación, hizo su ingreso el 19 de septiembre de 1991, en acto efectuado en el auditorio de la Asociación de Periodistas. Su discursó sobre “Bolívar el gran comunicador”, fue respondido por el Director D. Rodolfo Salamanca.

Desde que D. Alfonso Gamarra Durana fuera incorporado a la Academia el 31 de octubre de 1997, lo fueron también sucesivamente hasta el 27 de noviembre de 2009, D. Gustavo Subiera Castillo, D. Ángel Torres Sejas, D. Eduardo Mitre, D. Alberto Guerra Gutiérrez, Da. Gladys Dávalos Arze, D. Luis Urquieta Molleda y D. Blithz Lozada Pereira, hasta totalizar diez, aunque se deploró el deceso primero de D. Alberto Guerra G. y después de D. Ramiro Condarco M, ya entrado el presente siglo.

Al presente, la Academia Boliviana cuenta en su seno con ocho académicos orureños, si bien D. Luis Urquieta es nacido en Cochabamba, reside desde hace varios años en 0ruro.

ALBRICIAS EN 2002

El 25 de agosto de 2002 la Academia Boliviana celebró por lo alto su LXXV aniversario de fundación, o Bodas de Brillante* La Directiva tenía la siguiente composición: Director: D. Carlos Castañón Barrientos, Vicedirector: D. Armando Soriano Badani, Secretarios D. Ángel Torres S., Prosecretaria: Da. Georgette Canedo de Camacho, Bibliotecario D. Carlos Coello Vila.

La conmemoración jubilar trascendió de lo interno a la comunidad de escritores e intelectuales y autoridades que en nombre del Estado enaltecieron el silencioso pero fecundo trabajo académico en pro de la unidad estructural del idioma cervantino. El Canciller de la República, Sr. Carlos Saavedra Bruno, confirió a la Academia la condecoración del Cóndor de los Andes en el grado de Oficial, en tanto que la Prefectura y la Alcaldía otorgaron otras distinciones. La Alcaldía Municipal condecoró con el Escudo de Armas de la ciudad de Nuestra Señora de La Paz a cargo del burgomaestre Juan del Granado.

La Sociedad de Escritores de Bolivia, la Asociación de Periodistas, la Asociación Iberoamericana de Academias de la Lengua Española y las Academias de varios países hicieron llegar notas de adhesión y saludo.

SESIÓN EN ORURO

En adhesión celebratoria al IV Centenario de Fundación de la ciudad de Oruro, cumplido el 1ro. de noviembre de 2006, la Academia Boliviana de la Lengua realizó una solemne sesión de homenaje en la misma ciudad.

Era y continúa siendo la primera vez que sesionaba fuera de su sede, La Paz. El acto efectuóse en el amplio salón de honor del Club Social Oruro. La Alcaldía declaró Huésped de honor a cada uno de los académicos visitantes.

Estaba de Director D. Raúl Rivadeneira Prada, quien, al inaugurar el solemne acto a lleno completo del recinto, tras su homenaje al tetra centenario citadino, esbozó la trayectoria y obra de los académicos oriundos, de Oruro, sin faltar su pesar por el deceso unas semanas antes del académico Alberto Guerra Gutiérrez.

Se dijeron varios discursos, uno a cargo del académico Ángel Torres. La entidad anfitrión ofreció un vino de honor. El acto empero, debido a razones de protocolo se efectuó el 27 de octubre al que el diario LA PATRIA dio amplia cobertura.

OTRAS FRUICIONES

La Academia de la Lengua ahora bajo la dirección de D. Mario Frías Infante tuvo otras satisfacciones y halagos dentro de la penosa realidad de no contar aún con sede propia ni un presupuesto adecuado que le permitiera editar los libros de efectivo merecimiento de autores bolivianos, entre otras urgencias de su razón de ser.

En enero del año 2000 recibió la visita del Director de la Real Academia de la Lengua Española, D. Víctor García de la Concha, quien, en audiencia concedida por el entonces presidente de la República, Gral. Hugo Banzer, recibió las seguridades de que el Estado honraría el Convenio de Bogotá. El Mandatario instruyó a su Ministro de Hacienda señalar una partida presupuestaria en servicio de la Academia y a otro Ministro resolver la cuestión de la sede propia; las órdenes, empero, no fueron cumplidas, como anteriormente las de otros mandatarios en el mismo sentido; es que para fomentar la alta cultura, el Estado nunca dispone de fondos.

En 2002, la Academia Boliviana, conjuntamente las 22 Academias Iberoamericanas de la Lengua, fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Con posterioridad se confirió a nuestra Academia otras significativas distinciones. La Academia Boliviana de Lengua, Correspondiente de la Real Española, ayer sábado 25 de agosto cumplió su octogésimo quinto aniversario de fundación.

DIRECTORIO ACTUAL

La siguiente es la composición del directorio académico en funciones: Director: D. Mario Frías Infante; vicedirector, D. Armando Mariaca Valdéz; Secretario: D. Alberto Bailey Gutiérrez; Prosecretarios D. Luis Urquieta Molleda; Bibliotecario: D. José Roberto Arze.

Fuente: LA PATRIA
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