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Sábado 25 de agosto de 2012

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Revista Tu Espacio

Pildoritas para el espíritu

25 ago 2012

Fuente: LA PATRIA

´´Amarás a tu esposa con todo tu corazón, y te allegarás a ella, y a ninguna otra."

Y con el espíritu de esas palabras, tomo del libro de Rut, en el Antiguo Testamento, estas expresiones, que aunque originalmente no fueron pronunciadas con referencia al matrimonio, contienen un principio que es totalmente aplicable:

´´No me niegues que te deje, y me aparte de ti; porque a donde quiera que tú fueres, iré yo, y donde quiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.

Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aún me añada", y ahora haré un leve cambio: que ni "la muerte hará separación entre nosotras dos." (Rut 1:16-17.)

Y además de cierto os digo, que quien prohibiere el matrimonio, no es ordenado de Dios; porque el matrimonio es instituido de Dios para el hombre.

Por lo tanto, es lícito que tenga una esposa, y los dos serán una carne, y todo esto para que la tierra cumpla el objeto de su creación;

Y para que sea henchida con la medida del hombre, conforme a la creación de éste, antes que el mundo fuera formado". (D. y C. 49:15-17.)

Cuando nosotros como Santos de los Últimos Días hablamos acerca del matrimonio, estamos hablando acerca de una orden celestial y santa; estamos hablando acerca de un sistema del cual puede emanar el mayor amor, gozo, paz, felicidad y serenidad que la humanidad haya conocido; estamos hablando acerca de crear una unidad familiar la cual tiene el potencial de ser perpetua y eterna, una unidad familiar donde el hombre y la mujer pueden continuar en esa asociación por toda la eternidad, y donde la madre, la hija, el padre y el hijo están unidos por lazos eternos que nunca serán destruidos. Estamos hablando acerca de crear una unidad más importante que la Iglesia, más importante que cualquier otra organización que existe sobre la tierra o en los cielos, una unidad la cual conduzca a la exaltación y la vida eterna; y cuando hablamos acerca de la vida eterna, nos referimos a la clase de vida que lleva Dios, nuestro Padre Celestial.

Por el Élder Bruce R. McConkíe / Jason Michel / Santos de los Últimos Días

Fuente: LA PATRIA
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