Jueves 23 de agosto de 2012
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La obsesión por un camino va sumando hechos insólitos. Si no atraviesa por medio del Parque Nacional no va por ninguna parte, ha dicho el Gobierno. Con tanto asedio y manipulación, parece tierra de nadie en disputa; hasta los “espejitos” funcionan como durante la colonia española. ¡A ver por cuánto se rinde un rebelde o cuánto cuesta convertir en aliado a un indígena! La cosa es meter gato por liebre; esto es, “post” por “previo”, para imponer la carretera del escándalo.
Ante lo imprevisible, de pronto salta a la arena un personaje de película. Con la seriedad dramática reflejada en el rostro, el Fiscal General descubre que “un bloqueo de hecho es un delito”, y los bloqueadores son, por tanto, delincuentes. Por lo que instruye iniciar acciones penales contra indígenas que bloquean la consulta previa en el Tipnis. ¡Ah, haber actuado antes! Bolivia tantas veces paralizada por los bloqueos, ¿el Fiscal estaba de vacación? ¿Dónde estaba? Supuesto que son siempre atentatorios, ¿ahora irán todos los bloqueadores a la cárcel?
Por su lado, el magistrado indígena ensaya un gesto de dignidad y de valentía al denunciar la injerencia política del Ejecutivo y el Legislativo en el fallo del Tribunal sobre la consulta previa. El avispero oficialista reacciona con virulencia. Al lamentar el error, se reconoce que ellos lo eligieron. (el “soberano” no eligió a nadie). Y Cusi, asustado y temeroso, levanta las manos. No había hablado de “injerencia” sino de “coordinación”. Luego, deja de ser “traidor y desquiciado”. Pero los otros saben ahora que la espada de Damocles sobre sus cabezas no es cuento chino.