Martes 21 de agosto de 2012

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Editorial y opiniones
Evo, la flojera y los interpretólogos
Censura a la prensa e interpretación oficial del lenguaje político
21 ago 2012
Por: Juan Marcelo Columba Fernández
Un constante descuido en el registro verbal propio a la investidura presidencial caracteriza las alocuciones del actual mandatario boliviano. Las profusas “evadas” –neologismo criollo que designa las decaladas frases de Morales– ya han sido objeto de un trabajo compilatorio que bien podría asumir características enciclopédicas, si persistiera esta especie de pereza en el cuidado discursivo presidencial. La mediatización de este tipo de frases y su libre interpretación es un hecho ampliamente conocido y habitual, bien entendido, en gobiernos democráticos y en periodos donde el poder no restringe la libertad de expresión. Sin embargo, en la Bolivia plurinacional han entrado en escena infalibles exégetas o “interpretólogos” quienes, desde las propias instancias de poder, velan por la buena comprensión de los dichos presidenciales y pretenden imponer a la ciudadanía un sentido único sobre estas declaraciones, la más de las veces, haciendo apologías especulativas y confusas.
El registro verbal presidencial, durante el discurso del 15 de agosto de 2012, presenta un argumento insólito: la pereza sería la causa del hambre en el oriente boliviano. Al declarar Morales “… en el oriente boliviano (…) sólo por flojos podemos hambrear…” el Mandatario argumenta por causa supuesta. Estas hirsutas declaraciones abren la posibilidad de interpretación que evoca un estereotipo negativo sobre los habitantes de esta vasta región del país, más aún, cuando son comparados con los pobladores altiplánicos al señalar que “… en el altiplano es diferente si hay helada, si no hay lluvia, si hay granizada, no hay alimento…”; la causa del hambre, en los Andes, no comprometería la voluntad humana sino otras desventuras de tipo natural.