Martes 14 de agosto de 2012
ver hoy
El valor de la magnanimidad es poco conocido, poco entendido y su definición formal tampoco nos lleva demasiado lejos. Todas las definiciones nos hablan de "ánimo grande" o "espíritu grande".
Nos quedan más claros los conceptos contrarios de la magnanimidad: mezquindad, tacañería, pusilanimidad. La magnanimidad es una disposición a dar más de lo que se considera normal, de entregarse hasta las últimas consecuencias, de emprender sin miedo, de avanzar pese a cualquier adversidad. El ánimo grande, la magnanimidad, es el valor que convierte a un simple ser humano en un héroe.
No debemos confundir una grandeza de ánimo con una motivación extraordinaria e impulsiva para realizar algo, los valores se practican independientemente del buen humor y entusiasmo con que recibimos el día y de la simpatía que tengamos por las personas.
Un ánimo grande aleja de sí toda envidia y resentimiento, supera el temor a ser criticado por hacer algo que considera bueno, tiene la capacidad de afrontar grandes retos con paciencia y perseverancia, y sobre todo, la alegría y los buenos modales con rasgos característicos de su personalidad.