El “Grano de Oro” y su competitividad productiva

La innovación y desarrollo tecnológico para alcanzar la competitividad productiva del “Grano de Oro”, como se conoce la quinua real en el mercado internacional, es el punto de partida para potenciar la economía orureña que bien se puede complementar con la producción de camélidos andinos -llegando al proceso de la diversificación en ambos casos- para generar un importante valor agregado y mejorar la calidad de vida de la población con buena alimentación.

El valor proteínico de la quinua es ambicionado en otros países, puesto que el grano de trigo no posee las nutrientes, que tampoco alcanza la soya, que es otro producto que exporta Bolivia y el Brasil hacia mercados de Europa y Norteamérica donde la quinua todavía “paga derecho de piso” por ser un producto muy requerido si está certificado y también rechazado cuando se pretende introducir la convencional exportada por el Perú.

La labor de extensión universitaria es determinante para impulsar grandes proyectos que garanticen un desarrollo sostenible y sustentable con el tiempo, lejos de emitir leyes que establecen capitales y señalan incluso la “necesidad pública del desarrollo económico del departamento de Oruro”, pero al final no genera ningún beneficio para la región y es un número más como la Ley 2719 del 28 de mayo de 2004, que no deja ni establece ningún hecho concreto para el desarrollo económico de Oruro.

Así se tienen otras leyes como la Nº 2512 que declara como Patrimonio Natural, Cultural y Biogenético de Bolivia a los Camélidos Sudamericanos, Llamas, Alpacas, Vicuñas y Guanacos, sin otorgar ningún respaldo económico ni la forma de concretar este enunciado que ahora debe ser aplicado por la universidad local para lograr el aprovechamiento de la carne, la fibra y los cueros de los camélidos al menor en sus tres principales variedades de la llama.

La Ley Nº 2516 que declara como Región Industrial Lechera del Occidente Boliviano a las provincias Avaroa y Cercado del departamento de Oruro, constituye también otro buen propósito, porque no fija financiamiento ni se prevé como se mejorará la producción lechera, lo que con seguridad motivará una acción de la UTO para buscar alternativas para la lechería y otros derivados tomando en cuenta la experiencia que se tiene en el fundo de Condoriri.

De esta forma la universidad estatal aporta el desarrollo integral departamental y por primera vez se pone en marcha un plan y programa que garantice el aprovechamiento de nuestros recursos productivos, en este caso concreto de la quinua, lo que debería continuar con los camélidos andinos y también abarcar a la producción lechera, que bien pueden convivir con la diversificación de la minería, como factor de desarrollo potencial de la economía regional.

No hay que dejar de lado otra ley que aprueba la construcción de una fundición de zinc en Oruro y que debe ser instalada en el Complejo Metalúrgico de Vinto, como alternativa de diversificación de la producción minera aplicando nuevas tecnologías que son el paso final para lograr en Oruro el emplazamiento del Primer Parque Tecnológico a cargo de la UTO, para garantizar la producción de software para así poder exportar conocimiento y generar una macroeconomía que garantice un crecimiento diversificado con una real explotación de las potencialidades que tiene nuestro departamento.

Ojalá la iniciativa de las autoridades de la UTO sea para alcanzar un futuro promisorio y no el entusiasmo que tuvieron algunos legisladores para dejarnos leyes incompletas y que no se pueden aplicar por falta de reglamentación y lo que es fundamental dotar de recursos económicos. El desarrollo con el crecimiento científico y tecnológico siempre es beneficioso para todas las regiones y esperamos que la nuestra resulte ser privilegiada en ese sentido.

(*) Periodista