Pese a una serie de apreciaciones y las consiguientes aclaraciones, el cuestionario que se utilizará en noviembre próximo para el censo de población y vivienda, deja todavía algunas dudas que ojalá puedan ser despejadas en el tiempo próximo, para tranquilidad y seguridad de los censados.
El principal cuestionamiento tiene relación con la eliminación de la “categoría de mestizo” para la identificación de la mayoría de ciudadanos del país que se consideran excluidos, en tanto otros ciudadanos podrán autocalificarse como originarios de ciertas etnias vigentes en la Nación aunque no sean la mayoría de la población que será encuestada.
A propósito de este tema, delicado por cierto, se formularon explicaciones por parte de autoridades próximas a la elaboración del formulario y la realización del censo; como dijo el Vicepresidente, que la mayoría de los bolivianos somos mestizos y por tanto lo que corresponde es enfatizar en esa posición, que es mejor que la propuesta (de la oposición) de autodefinirse como “ninguno”.
Más allá de lo que realmente debe responderse para establecer la condición de ubicuidad nacional de cada ciudadano, la preocupación de la oposición está radicada en la supuesta intencionalidad de obtener a través del censo cifras que muestren una irrealidad del país y haga aparecer más originarios que mestizos.
Los entendidos en la proyección del país en función de su desarrollo señalan que un censo debe establecer claramente la cantidad de bolivianos, por grupos sociales, edad, sexo, condición cultural, profesional y otros datos relativos a la condición actual de vida en ciudades o comunidades.
Los resultados del censo deben servir concretamente para definir los planes futuros del desarrollo nacional y departamental como prioridades, de manera especial por la redistribución de los recursos económicos del país y como factores aleatorios se utilizarán las cifras en el ámbito político para la asignación de los escaños parlamentarios, que en función a planes de gobierno parecería ser una prioridad, observada y criticada por partidos opositores.
Otra serie de preguntas tiene que ver con emigración, costumbres sobre aseo y por ejemplo la disposición de basuras en los barrios o en el campo, se aclaró que el censo 2012 no contemplará preguntas relacionadas con religión, ni tampoco con sexualidad, por lo tanto se eliminan algunos temores que fueron expresados por sectores ciudadanos, aunque hay quienes observan una maliciosa posición al eliminar la pregunta sobre la creencia religiosa del ciudadano.
En todo caso el censo está en marcha, falta ajustar algunos detalles en los próximos meses, en función a los requerimientos de la población, de las propias instancias organizativas del proceso de recuento de habitantes y de viviendas. Es necesario que sean despejadas las dudas y que se llegue de pleno acuerdo entre bolivianos a la instancia de saber cuántos somos, qué tenemos, lo que deseamos y qué esperamos.
Actualmente se produce una fase de “socialización” de la boleta censal de modo que los ciudadanos puedan esperar con mayor seguridad a quienes se encargarán de formular las 49 preguntas, de las cuales 19 se relacionan con la vivienda, 27 tienen que ver con población y 3 indagan sobre el hogar. Queda aún en consulta la exigencia de gran parte de la colectividad para poder definir su condición étnica, como corresponde y no como políticamente se quiere.
Fuente: LA PATRIA
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