La región cuenta con impresionantes construcciones que datan del siglo XVII. De las paredes descuelgan finos lienzos decorados y se puede apreciar una serie de motivos religiosos, púlpitos de un delicado tallado, rejas de madera y techos de teja, conservando el estilo arquitectónico del tiempo de las Misiones.
Entre los templos más importantes se encuentran: San Lorenzo, San Ignacio, San Javier, San Francisco de Borja, San Pedro, Templo de Reyes, Templo de la Exaltación de la Santa Cruz y de Nuestra Señora
de Santa Ana, y Baures. No menos importantes son los Templos de: San Joa-quín, San Ramón y Nuestra Señora María Magdalena.
San Ignacio de Moxos
Capital folklórica del Beni. Todo el año se puede practicar deportes como la natación, esquí acuático, pesca y pasear en botes a remo y motor. Esta población es famosa por su fiesta anual en la que los pobladores se visten de “toritos” y “mamas” para salir por las principales calles en devoción a San Ignacio. En la fiesta se destacan los famosos macheteros y los grupos de músicos que participan con fantásticos instrumentos musicales realizados por ellos mismos. Es una fiesta llena de alegría y colorido que el visitante no puede perder.
Loreto
Primera misión jesuita de Moxos. Histórica y religiosamente importante porque en esta población ocurrió el siguiente milagro: la imagen de la virgen de Loreto derramó lágrimas los días 4, 5, 6 y 7 de octubre de 1959. Muchos peregrinos acuden a Loreto en estas fechas con devoción.
Loma Chuchini
Su nombre significa madriguera del tigre, concentra gran cantidad de estos felinos. Es una de las 20.000 colinas artificiales que integran el sistema hidráulico y agrícola de la cultura Moxeña. De gran riqueza histórica y cultural con vestigios de su pasado precolombino, cuenta con un museo arqueológico con más de 1.000 piezas de gran valor para el patrimonio nacional. Presenta senderos ecológicos que comunican ocho lomas artificiales mediante terraplenes rodeados de 90 especies de avifauna, más de 100 de flora y 15 familias de peces. Encontramos en su recorrido lagunas con una isla flotante llena de árboles y variedad de helechos, gran cantidad de lagartos y caimanes. También encontramos una laguna artificial ideal para tomar baños, pescar o navegar hasta el río Ibare.
DANZAS Y MÚSICA
TORITOS
La danza de Los Toritos consiste en violentos balanceos provocados por los otros integrantes quienes “jochean” (molestan) a la bestia que arremete feroz con sus cornadas. El ritmo de acompañamiento es el taquirari
interpretado con flautas y tambores.
LOS MACHETEROS
Es quizá la danza beniana más conocida, los danzarines se mueven al ritmo de un tamborcillo elevando y agachando la cabeza en representación de la muerte y resurrección de Jesucristo; en la cabeza llevan un tocado hecho con plumas de paraba y en la mano derecha un machete de madera.
GASTRONOMÍA
La gastronomía está ligada generalmente a las fiestas religiosas. Platillos que perduran desde la época de la Colonia, ofreciendo variedades para los diferentes gustos, entre ellos el ají de panza, preparado con arroz, charque, yuca y otros ingredientes; pan de arroz, empanada de maíz, cuñapé, este último preparado con harina de yuca. También son conocidas la chicha de maíz (somó), la de maní, la de piña, el chivé, etc. Además, se puede saborear el relleno de semilla, el mondongo, la capirotada, el payuje y el manjar blanco.
LEYENDAS
La historia refiere hasta leyendas homéricas en base al oro e ingentes tesoros preciosos; habiendo la ambición por ellos inducida incluso a buscar la “piedra filosofal” que supuestamente había sido la fuente productora del oro.
Como consecuencia del descubrimiento de América proliferaron tantas leyendas a cual más fabulosas, cuando los aventureros españoles dando la impresión de enajenados o embriagados por la ambición del oro y la plata llegaron a conocer y admitir fantásticos relatos, de ciudades encantadas, lagunas inimaginables como la fuente de la “eterna juventud”, tesoros del Gran Moxo o Gran Paitití, entre otros. Leyendas fantásticas y misteriosas que sin embargo, al presente son consideradas de algún fondo realista, que en sus fantasías o el clímax de la leyenda se afirmaba la existencia de tres cerros en el señorial del gran Paitití: uno de sal, otro de plata y otro de oro. Fantásticas incitativas que llevaban a rastras a los españoles en busca de su descubrimiento y apropiación de tales opulencias, sin escatimar peligros ni padecimientos, recorriendo las regiones selváticas del territorio.
Fuente: LA PATRIA
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