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Domingo 05 de agosto de 2012

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Revista Dominical

Escritores y poetas en la historia de la imprenta de la UTO

05 ago 2012

Fuente: LA PATRIA

Por: Marlene Durán Zuleta - Lic.en Comunicación Social. Poeta, escritora y compositora

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Gutemberg, el genio, logró que en un instante las memorias fueran inmortalizadas, convirtiéndolas en valiosas joyas de colección, ¡libros y más libros!. Los anaqueles fueron llenados con impresos convirtiéndose en espléndidas bibliotecas públicas y particulares.

En este recorrido del conocimiento y lectura, la Universidad Técnica de Oruro, encomendó a la regencia de la Imprenta Universitaria, imprimir el año 1938 “El Reglamento y Programas de la Facultad de Ingeniería de Minas y Petróleo”, principio de inquietud por plasmar escritos en documentos, testimonios, discursos, anuarios, mensajes, informes, todo lo relacionado al quehacer universitario de la época, del orden técnico, económico y legal. Sin duda tenía que haber encanto, resaltar la geografía universal a través del arte en toda su expresión, lo pintoresco se resumía en trazos que definitivamente marcaban cultura en los catálogos impresos por la Universidad.

No solo fue para los orureños y bolivianos, los extranjeros también tuvieron la oportunidad de publicar sus trabajos o exhibir sus lienzos. Participaron de convocatorias a concursos nacionales, catalogaron y jerarquizaron a los artistas, es decir que generaba avidez por la lectura, por el arte inmortal y en su honor se encendían luces, una combinación de ruido y silencio.

La fascinación de la lectura asciende hasta el plano espiritual. El año 1946 comienza la huella con la edición del primer libro del género poesía de Milena Estrada Sáinz. Musa de los sentires, del sosiego de los signos, afable en su palabra, identificó la dimensión de la triada: luz, vida y amor. No se limitó a ver el horizonte, un rumor lejano e ilimitado de diálogo se aproximaba. La poeta aceptó que se publique en edición especial, su obra “Corola de Agua”, de 30 ejemplares (1946).

Se encendía el regocijo, las puertas estaban abiertas para los poetas, que desde el ánfora del corazón, insobornables en los sentimientos evocaban no solo a la quimera, estaban el mágico manantial que era solo nuestro, hoy compartido a la fuerza por el enemigo, y la patria desde siempre enciende su nombre, evocación de Dios en esta esfera. Los escritores, desde otras facetas restauraban “las sombras de las ciudades”, la “Prehistoria de Oruro”, “La función del poeta en su medio y su tiempo”. Los músicos, desde todas las muestras de instrumentos elevaban las melodías en conciertos irrepetibles, gala para los oídos. Los pintores incontenibles en su oficio, exponían sus lienzos tan reales como el yermo.

Los Regentes de la Imprenta a lo largo de las etapas, han sentido no solo como obligación el trabajo colectivo, la lectura compartida o el ruido de las máquinas, la venia de las autoridades superiores ha sido fundamental. Todos comprendieron que el arte ilumina los ojos, la mente y el alma.

Hugo César Cadima Maldonado. Personaje importante, como autoridad jurídica y escritor legó: Lecciones de Criminología, Tomo I, (Introducción Antropológica Criminal) y Lecciones de Criminología tomo II (Psicología Criminal) 1954.

Humberto Vásquez Machicado. Joseph Barnadas, hace referencia del renombrado escritor: “De características más notables, fue la dedicación a la investigación y a la publicación que dio como resultado una enorme e interesante producción bibliográfica: en sus obras completas de 291 trabajos como libros, folletos y artículos”. Editó “El enigma de Juliano el Apóstata”, (1955) y “Facetas del intelecto Boliviano” (1958).

Marcos Beltrán Ávila. Escribió “El Tabú Bolivarista” 1825-1828 “al margen de los documentos que tratan de la Fundación de Bolivia” (1960).

Augusto Beltrán Heredia. Precursor en la difusión de las festividades que identifican a Oruro como el Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, exalta en sus obras: “El Carnaval de Oruro (1956) y el Carnaval de Oruro y Proceso ideológico e histórico de los grupos folklóricos” (1962).

Graciela Gallardo de Vildoso. Primera Directora de Radio Universidad. Encuentra en Oruro, misterios escondidos y voces infantiles al escribir sólidamente, una de sus varias obras “El mundo de los niños y la conquista de sus derechos sociales” (1957).

Manuel Durán Padilla. Tiene en su haber valiosas obras de investigación (1957) “Bibliografía Jurídica Boliviana (1825-1954)” y “La Reforma Universitaria en Bolivia” (1961), plantea en esta monografía, un índice con significativas consideraciones, desde la historia recorriendo la colonia, la vida republicana hasta después de los movimientos precursores de la Autonomía Universitaria, que se dio en Córdoba.

Fernando Berthín Amengual. Autor de la letra del Himno a la Facultad de Derecho de la Universidad Técnica de Oruro, clama sus sentimientos con “Sugerencias del viento y del amor” (1958).

Julio De la Vega. De una vasta producción literaria, hace partícipes a los lectores con su obra poética “Temporada de líquenes” (1959).

Carlos Aróstegui Arce. Recrea con su poema épico en homenaje al Sesquicentenario de la Fundación de Bolivia (1825-1975): Simón Bolívar, el Río Inmortal.

Dulfredo Peláez Mendoza. Sigilosamente recorre el mundo de las letras y deja huellas de palabras, mensajes de amor a Oruro con “Ensayos Primaverales” (1964).

Sale a luz el primer número de “Cultura Boliviana” (1964), bajo la notable dirección del escritor y Director de Extensión Universitaria Néstor Taboada Terán. Este documento impreso con sentimiento, editado en una época en que los libros o revistas, alimento espiritual de la sociedad orureña, trascendía los límites de la ciudad, referente de cultura, contaba con recursos humanos.

Esta revista fue reconocida como un verdadero aporte ilimitado, una miscelánea de trabajos en antropología, sociología, psicología y todos los géneros literarios, pintura y arte en toda su expresión.

Siguieron el sendero de Taboada Terán: Jorge Fajardo Fernández, Alberto Guerra Gutiérrez, incansables por el legado a la cultura, no dudaron de su esfuerzo y prosiguieron el trabajo de sus antecesores, entregaron la esencia de Cultura Boliviana que se centró y concentró en difundir la belleza, el poder, el azar de las palabras. Justificaron con certeza los 49 números de vida, integración, poesía y comunicación. El arte encontró en esta valorable revista, un signo de fuerza por la motivación de sus colaboradores, lamentablemente no se concretó, no se hizo realidad el próximo número.

También escribieron para Cultura Boliviana: Edmundo Motta Z. Ernest Mandel, José Guerreros S. Félix Báez, Rodolfo Kusch, Jesús Tabares, Raúl Teixido, Charles W. Arnade, Jean Russe, Dick Ibarra Grasso, David Alfaro Siqueiros, Eduardo Ocampo Moscoso, Luis Fuentes Rodríguez, Enrique Rocha Monroy, Jorge Mancilla Tórrez, Raúl Botelho Gozálves, Jacobo Liberman, Elidoro Aillón, Alberto Crespo Rodas, Eduardo López Rivas, Jorge Calvimontes Calvimontes, Hugo Molina Viaña, Alfonso Gamarra Durana, René Antezana Juárez, Edwin Guzmán Ortíz, Marlene Durán Zuleta y Eduardo Nogales. Este es un breve resumen de los muchos escritores que se comprometieron con la Cultura Boliviana al difundir sus obras. Ilustradores reconocidos con una larga trayectoria como Gil Imaná G., Mario Vargas Cuellar, Eduardo Ibañez Acevedo, Gustavo Lara, Mario Medina, Walter Vargas, Oscar Selaya E., Walter Saravia dieron fe del seguro movimiento del pincel.

Cultura Boliviana, fue el suplemento que daba vida a toda la actividad cultural en Oruro. Desde sus inicios consideró que este espacio era el indicado para defender nuestro patrimonio nacional.

En el segundo encuentro nacional de Poetas, el Dr. Julio Garret Ayllón ilustrado en las destrezas del hombre, inclinado por la cultura, las jornadas literarias fueron honradas con su significativa presencia.

Ricardo Anaya. En una magistral conferencia expone sobre el rol de las Universidades en torno a la “Reintegración Marítima de Bolivia en Marco de Desarrollo e Integración Latinoamericanos”, esa razón motiva a que su pensamiento quede sellado a través de la impresión (1965).

Enrique Zeballos Antezana. Desafió al tiempo, como periodista fue gran referente de los acontecimientos locales, su impostura han quedado en “Voces recónditas” (1965).

Héctor Borda Leaño. Canta, platica y expone sus poemas “El sapo y la serpiente” (1966).

Ramiro Condarco Morales. Deja en “Protohistoria Andina” una obra de relevado conocimiento histórico, rigiéndose en los cánones de lo neutral (1967).

La imprenta Universitaria tiene uno de los mayores logros, el catálogo “Documentos referentes a Oruro en el Archivo General de Indias de Sevilla”, recopilado por el connotado historiador, escritor e investigador Juan Siles Guevara (1966).

La UTO. convoca al III Concurso de Cuentos 1967, el Presidente del Jurado Dr. Armando Soriano Badani, junto a los miembros del Jurado Calificador y por unanimidad, deciden otorgar el primer premio a los siguientes trabajos: “La Emboscada” de Adolfo Cáceres Romero, “Sangre de San Juan” de Oscar Soria Gamarra y “El Guerrillero” de Corina Lazo. Menciones de Honor “El fuego” de Renato Prada, “Sudor, Sangre y Lágrimas” de Samuel Flores Magnet y “El Monje de Silicio” de Ángel Castro Santos.

Otro género es de inusitado interés el IV Concurso Nacional de Poesía 1968, siendo nombrados como Jurado Calificador: Yolanda Bedregal, Héctor Borda y Julio de La Vega, dando el fallo por unanimidad en primer lugar a “Retiro Voluntario” de Jorge Calvimontes y Calvimontes, “Hiroshima Kaput” de Pablo Cejudo y “Patria de Dioses y de Tiempo” para Alberto Guerra Gutiérrez en tercer lugar.

Néstor Taboada Terán. Relata “Indios en rebelión”. (Hechos de la Revolución Boliviana (1968).

Raúl Botelho Gosálvez. Entrega a través de las páginas una descripción de su colega “La misión Jaimes Freyre en Chile” (1969), la publicación está relacionada al enclaustramiento, ausencia de mar que late desde el pasado, reclamo permanente por la vil transacción del Tratado de 1904.

Raúl Tovar Villa. En una segunda edición, narra con mucha crudeza un inventario sobre la “Campaña del Chaco” (1969).

Carlos Herbas Cabrera. Describe “El Cristo de Tarairí”, “Dos hermanos en la guerra” (diario de campaña) 1932-1935. Lectura que despierta impotencia por la triste realidad, documento histórico que llama a la reflexión (1970).

Mery Luz Monge Landivar. Con sutileza, extrae del cofre imaginario, poemas “Dulce y Amargo”, de cortos fragmentos, la carátula e ilustración son de la eminente pintora orureña Magda Arguedas (1968) y otras odas que brillan e inspiran “Abalorios” iluminan el pensamiento y la voz de los románticos (1970).

Alberto Guerra Gutiérrez. Poseedor del aval de los escritores entrega “Guia del Investigador de Campo en Folklore”. Comparte sus conocimientos y hace recomendaciones, en el inicio todo acucioso comprometido con esta guía, debe seguir los consejos (1970).

Jorge Barrón Feraudi. Fue autoridad en esta Superior Casa de Estudios, escribió relatos que signó: “Rescoldos de angustia” (1970). Obtuvo el Primer Premio en el Concurso Ensayos Monográficos, con el Esbozo Monográfico de la Facultad de Economía (Bodas de Plata).

Carlos Barragán Vargas. Con la exigencia habitual en sus quehaceres, dilucida con acierto su trabajo “Geología de los yacimientos antimoníferos” (1971).

Al conmemorar el centenario de su nacimiento del Dr. Juan De La Cruz Delgado, Presidente de la Excelentísima Corte Suprema de Justicia en 1928, en su honor se publica una memoria colectiva de varias autoridades (1971).

Amanda Selaya Rodríguez. “Seis Décadas del Quehacer Cultural en Oruro”, es resumen de la estampa cultural que Oruro prodigó a sus intelectuales. Evoca y convoca nombres de personalidades que han dado vida “en la gestión del Alcalde Ing. Alfonso Requena Renjel, se crea la Fundación Municipal de Cultura (1969), posteriormente cumpliendo la misma función, el Dr. Hipólito Morejón lo denominó Concejo Municipal de Cultura. En este tiempo “se editó la Revista Urus, para enaltecer al aniversario de Oruro, tuvo vigencia hasta la gestión del Mayor Rinaldo Vásquez Sempértegui, año 1974”.

(1976)

Luis Guerra Gutiérrez. “El arte en la prehistoria orureña”, es la síntesis de un trabajo de investigación antropológica, documento vital desde las pinturas rupestres (Cala Cala) hasta las cabezas de piedra de auquénidos, que se exponen en el Museo Municipal José Eduardo Rivas de nuestra ciudad (1977).

Documentos Orureños I. Bajo la dirección del Lic. Carlos Condarco Santillán, recopila el trabajo de varios autores, es editada por la Prefectura del Departamento de Oruro. (1977).

Angel S. Mendoza Condori. Promociona su poemario “Querencias”, novel en la inquietud de escribir, avalado por el señor Guillermo Tórrez López Director de Extensión Universitaria, inicia esta impresión denominando serie “Caminos Nuevos” (1981).

E. Emigdio Valeriano. Como tributo a la Autonomía Universitaria, puntualiza sobre el pintor Miguel Alandia Pantoja, homenaje póstumo (1982).

V. Hugo Cornejo Gamarra. Escribe “Ansias de Grandeza”. Novela, extraída del cotidiano vivir, inquietud literaria que le permite seguir escribiendo el mismo género en otras épocas.

Vicente Gonzáles Aramayo Zuleta. Ex catedrático de la Facultad de Derecho, escribió “Nociones de Historia del Derecho (1980) y Apuntes de la Cultura (1983).

José Bravo Riva. “Cuentos del Pie de Gallo”, son narraciones que presenta a personas con distintas lisonjas, de pensamiento y lenguaje nítido. Son 13 lecturas que cobran notoriedad dentro de las historias de nuestra ciudad. Su cuento “El rincón del Poeta” participó en el “Concurso Nacional de Cuento UTO/84”, siendo acreedor a este importante premio (1984).

Rodolfo Salinas Pérez. Autor del significativo poemario “Sinfonía del vivir”. La esencia de sus versos están labrados con diferentes temáticas de amor y libertad (1986).

Carlos Böhrt Irahola. “Itinerario de un conflicto” (Teoría Política) son recordatorios de la época de la UDP. (1986)

Máx Efraín Pérez. “La rosa se llamará libertad y otros relatos”, añoranzas convertidas en cuentos. Venezuela lo cobijó, desde lejos retiene en sus ojos este suelo y evoca a la Patria que lo vio nacer. (1986).

Niver Montes Camacho. “Proceso íntimo del Carnaval de Oruro”, es una manifestación sobre la “Historia Tradicional”. Por orden de fundación está la gesta de cada conjunto folklórico. (1986).

Noche de Arawikus. 5º. Encuentro del Movimiento de 15 Poetas de Bolivia, testigos, voluntarios incontenibles de la palabra que queda en el alma, del sentimiento que nace cada día, horizonte permanente de libertad, “ vínculos de amistad y compromiso de servicio a la palabra colectiva. Harawikus en el mundo aymara o Araswikus en el quechua, eran los poetas encargados de crear los harawikus o baladas rituales para las ceremonias fundamentales, tan ricas en las manifestaciones culturales del universo andino”. Esta Antología poética, presidida por el vate Alberto Guerra Gutiérrez, incluye a Gonzalo Váquez, Roberto Echazú, Antonio Terán Cavero, Edwin Guzmán Ortíz, Alvaro Díaz Astete, Matilde Casazola Mendoza, Marlene Durán Zuleta, René Antezana Juárez, Eduardo Nogales Guzmán, Jorge Zabala, Igor Quiroga, Fernando Rosso O., Jaime Nisttahuz, Jorge Alcoba, Germán Valdéz, Eduardo Kunstek, Iván Decker Molina y Nelson Céspedes Beltrán, organizado con el Departamento de Extensión Universitaria y coordinada con Mario Molina Guzmán (1989).

Raúl D. Liendo Cortes. Su obra “Réquiem para los niños del estaño” recibió elogiosos comentarios. La escritora Blanca Wiechüchter refiriéndose al trabajo de investigación, resalta que es “literatura científica”, a través de datos estadísticos se suman enfermedades, drama, ayunos voluntarios e involuntarios (1987).

La Universidad Técnica de Oruro, anualmente convocaba a concursos de diferentes géneros literarios, Cuento UTO 80, se hizo acreedor al Primer Premio por Cuentos Tristes de Manuel Vargas. La obra tiene nostalgia y mucha sensibilidad por el hombre que siente la miseria del mismo hombre. Editado posteriormente (1987).

Jorge Fajardo Fernández. Después de Néstor Taboada Terán dirigió CULTURA BOLIVIANA. “ORURO del 900” de su autoría, una retrospectiva del panorama de Oruro. La lectura invita a cerrar los ojos y soñar con la ciudad que proclamaba su crecimiento en todos los planos. La construcción del Teatro Municipal, “estrenado el 5 de agosto de 1904 en homenaje a las Fiestas Patrias”. “Simón Patiño, Arturo Frike, los hermanos Suárez y Félix Sarmiento, jinetes que participaban en el hipódromo de Papelpampa” y remembranzas y lauros para los destacados pintores Alberto Medina y Eduardo Ibañez Acevedo.

Alfredo Jiménez. Inclinado por el arte dramático, escribe “Las manos del minero y el muñeco” (1991), “Un hombre llamado Llallagua” (1992), “El minero y la Virgen de Asunción” (1996).

Las máquinas de Prensa Minerva y la Perforadora con pedestal ambas de 1898, todavía funcionan en la Imprenta Universitaria.

Los Rectores, soberanos, apoyaron incansablemente para que no solo se publicaran desde 1938, Reglamentos, Estatutos, Discursos, Informes, Mensajes, Conferencias, Documentos de seminarios, Conclusiones de Mesas Redondas, también revistas de las Facultades de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, de la Carrera de Metalurgia de la FNI. y de la Facultad de Economía, Ciencias económicas y Financieras.

Al margen de colaboraciones con la publicación de folletos, catálogos breves, fueron generosos al compartir el canto de los poetas, se plasmó en lectura viva, publicación compartida en su momento por los autores, creadores de la sutileza, la inclinación hacia Eros y las musas renovadas del silencio compartieron los sonetos desmedidos, las elegías para el amado o amada, una pasión platónica o el lejano sentimental.

Nuestra ALMA MÁTER, apoyó y fomentó la escritura, siguiendo la ruta de la AUTONOMIA UNIVERSITARIA. Ediciones que marcaron la historia gráfica de Editorial Universitaria, a lo largo de sus casi 74 años de vida institucional, con una serie de vicisitudes en el arte tipográfico.

En breve tiempo Editorial Universitaria, remozada de máquinas dará un giro con tecnología de punta, el taller se verá invadido de galeras, colores y un mundo de palabras. Entonces habrá perspectiva para reproducir nuevas obras. Elogios para el Rector de la Universidad Técnica de Oruro Ing. Rubén Medinaceli Ortiz, que posibilita un nuevo andar en la cultura, rescatando valores y construyendo un espacio para las obras. ¡Los libros develan sabiduría y mucha lectura!.

Fuente:

ESPINOZA ALIAGA, Rodolfo. Compilador de la Bibliografía Cronológica de Publicaciones editadas en la UTO. 1938-1984. Editorial Universitaria Oruro.

Archivo Particular Marlene Durán Zuleta.

Fuente: LA PATRIA
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