Miercoles 25 de julio de 2012
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Editorial y opiniones
¿Es o no es verdad?
Salteadores de caminos
25 jul 2012
Por José Gramunt de Moragas, S.J.
Saltadores de caminos los hubo en todos los tiempos. El último atraco registrado en el camino de La Paz a Apolo, con un muerto y 15 pasajeros heridos, es un penoso saldo, demasiado alto para que el hecho pase desapercibido. Las circunstancias de la soledad del lugar, los muchos kilómetros sin un policía, la nocturnidad, la indefensión de las víctimas frente a gente pertrechada con armamento y vehículos más que suficientes para consumar el cruel atentado, y su estratégica huida al otro lado de la frontera con Perú, empeoran la malicia del hecho perpetrado. ¿No habría que pensar también que la vecindad de los cocales y de la explotación irregular del oro merece mayor vigilancia de la Policía?
Un brevísimo análisis de hechos semejantes nos apunta algunos de los variados motivos que conducen a los atracadores: unas veces será tan solo el saqueo de todo objeto de valor que puedan llevar sus víctimas. A este propósito se añaden otros más retorcidos: el financiamiento de un movimiento subversivo que se magnifica a sí mismo con los aires macabros del terrorista y que se dice destinado al grandioso propósito de voltear la sociedad para instaurar otra, en la que -naturalmente- ellos serían los capitostes. O se harán llamar “guerrilleros”, si se pretende atraer la atención de ciertos sectores sociales soñadores de heroísmos. A fin de cuentas delincuentes. Hace algunos años, un jefe de la banda guerrillera, no tuvo escrúpulo en pegarle un tiro a un camarada hambriento que robó una lata de sardinas.