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Domingo 22 de julio de 2012

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Cultural El Duende

El Duende, elemento constructivo de la personalidad

22 jul 2012

Fuente: LA PATRIA

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Apreciado Luis:

La publicación de medio millar de números de una hoja periódica literaria tiene que considerarse como un acontecimiento cultural de primer orden, sobre todo en nuestro país y en nuestra época en que la afición por las letras ha tomado cauces distintos a los que habían sido consagrados por la tradición generando un ámbito en que El Duende asume un aire de excepción.

Me explico: En épocas anteriores, los suplementos literarios de los periódicos bolivianos eran un elemento constructivo de la personalidad –si vale el término– de tales órganos de comunicación, y los dueños sabían conscientemente que tenían que correr con esta parte del costo cultural. Hoy, un suplemento de esta clase (cuando existe) es sólo uno de los muchos que abultan el periódico. Antes, en torno a ellos se formaban grupos o círculos literarios que competían entre sí e influían en la identificación de tendencias intelectuales y literarias. Esta tradición –al parecer– duró en Bolivia poco más de medio siglo, hasta ser destruida por la postmodernidad. Los dos últimos decenios del siglo anterior vieron desaparecer hojas literarias y periódicos íntegros. Para muchos de nosotros parecía haberse cerrado la posibilidad de seguir haciendo pública nuestra creación. Los viejos escritores fuimos en cierto modo desterrados (quizá sin ninguna intención malévola) de la cultura cotidiana. En estas circunstancias, la supervivencia de El Duende fue también el instrumento de perdurabilidad de buena parte de la cultura.

Tales son mis impresiones y como parte de una generación de intelectuales, no puedo sino expresar un triple agradecimiento: a ti, el cordial amigo que nos acogió ampliamente; a El Duende (y a La Patria, a que esta adosado), que imprime su sello de personalidad a sus colaboradores; y a tu empresa que mantiene en esta época difícil el espíritu del buen Mecenas.

Recibe mil felicitaciones y un cordial abrazo del amigo y colega tuyo.

José Roberto Arze. Académico de la Lengua.

Un foro plural de alta calidad

En estos días el suplemento El Duende (publicado por el periódico La Patria de Oruro) llega su número 500. Por razones conocidas, entre ellas la inestabilidad político-institucional, los órganos de divulgación cultural tienen en Bolivia una existencia difícil y azarosa. El Duende ha demostrado, sin embargo, que una voluntad perseverante y la aptitud de elegir buenos colaboradores representan factores que ayudan eficazmente a consolidar una revista consagrada a tareas intelectuales. Debemos, por lo tanto, festejar simultáneamente la tenacidad y el buen gusto de Luis Urquieta, pues estos elementos son la clave principal del éxito de El Duende. Urquieta, nacido en Cochabamba, es uno de esos brillantes ingenieros que traspasan rápidamente las fronteras de su profesión técnica y descubren con alegría aquello que la cultura y especialmente la literatura puede brindar al ser humano para hacer más llevadera su vida. Menciono a propósito la alegría, pues Urquieta pertenece a esa envidiable variedad de ser humano que desborda optimismo, buen humor y tolerancia. Él es el alma de El Duende, además de ser un amigo fiel y preocupado por el destino de los autores de su suplemento.

Todos estos factores han contribuido a que El Duende sea un foro cultural pluralista, antidogmático, abierto a todas las tendencias del pensamiento, sin preferencia por ninguna línea ideológica. La generosidad de Urquieta se manifiesta en esta diversidad cultural, que es el signo distintivo de su órgano impreso. En Bolivia hay – o han quedado– pocos suplementos y revistas culturales ante el avance de la civilización del espectáculo y la farándula, ya que la cultura ligera parece haber conquistado casi todos los espacios de divulgación. El mayor mérito de Luis Urquieta es haber resistido esta inclinación a lo fácil y lo ligero, que marca nuestra época, independientemente de toda línea política. Por ello los intelectuales del país le están muy agradecidos y desean una larga vida a El Duende y a su director.

Lucho Urquieta: No hay duda de que El Duende es tu obra.

H. C. F. Mansilla. Académico de la Lengua

Felicitaciones 500 números de El Duende

Querido Luis:

La complacencia y alegría se adhieren a mí ser, al conocer que El Duende llega a sus 500 números constituyéndose con este hecho como el heraldo cultural más importante de nuestra patria.

Especial emoción he sentido por conocer en esta montaña de realizaciones a sus picos más altos; me refiero a Alberto Guerra Gutiérrez y Luis Urquieta Molleda. Con referencia al primero, vate de alta irradiación y precursor de este empeño, fue compañero de curso mío en el primer año secundario en el poderoso “Saracho” de Oruro (1944) y ahora estoy seguro que disfruta esta hazaña en el más allá con un coro de ángeles y serafines. Tú, Luis, el realizador, convertiste a números y ecuaciones en una sinfonía consolidando a un Duende novedoso que penetra los cuatro costados de mi aliento, donde la literatura en sus varias expresiones tanto en lo nacional como extranjero lo cristalizaban en el elemento más benigno y contagioso de las artes.

Querido amigo, viene a mi memoria los momentos de nuestra niñez en nuestra recordada Orcoma, donde muestras en tu Sol de Otoño recuerdos vividos de esos tiempos.

El Duende con sus 24 años de vigencia se ha convertido, como vislumbraste hace algunos años en la conciencia crítica y contestataria del artista quien debe desmoronar la carga de conciencia abstraída de la sociedad…. Situaciones del actual entorno nacional ameritan reflexiones que ayuden a consolidar la paz, la justicia social y la fraternidad en esta Bolivia que nos duele tanto.

Concluyo felicitándote a ti y a tu Consejo Editor, a la infatigable Coordinadora Julia García y a Zarzuela que nos ofrece en cada trazo pictórico una sorpresa. Así como a todos los que colaboran en el Suplemento Cultural más significativo del país.

Recibe el afecto y la admiración permanente de tu amigo de siempre,

Oscar Arze Quintanilla. Escritor. Cochabamba.

Los 500 números

de El Duende

Ya podríamos formar una cofradía de lectores de El Duende, con motivo de este feliz aniversario. Los que hemos estado en trajines periodísticos muchos años, sabemos cuán difícil es sostener un periódico y mucho más de carácter cultural, en estos tiempos de rudo mercantilismo y donde los gerentes pesan más que los directores porque están pendientes de los avisos y cualquier material, incluso informativo, les parece superfluo.

En el caso de El Duende, se combinó el talento y la tenacidad de Luis Urquieta Molleda con la buena disposición de los directivos de “La Patria”, para acompañar su edición dominical con este suplemento de tan alta calidad y que ha ganado lectores en los lugares más insólitos de Bolivia como me consta, debido a mis viajes para filmar mis programas televisivos. Estamos hablando, si no me equivoco, de más 23 años de ininterrumpida presencia en kioscos y calles de Oruro, pero también de su difusión al resto de Bolivia.

Con el curso del tiempo El Duende, ahora con páginas a color, se ha ido ocupando de todos los temas imaginables de la cultura boliviana, pero también universal. Está diagramado con excelente gusto y las pinturas y viñetas del consagrado Erasmo Zarzuela, le dan un atractivo más. Algo tengo que ver en este aniversario, pues Luis me ha invitado generosamente y más de una vez, a que escriba en las páginas de El Duende.

Felicidades a todo el equipo, pero especialmente a él, pues en este empeño cultural se demuestra –contrariando ese aserto generalizado– de que sí hay personas que son insustituibles. Luis es una de ellas. Oruro tiene razón de mostrarse orgulloso de este su hijo ilustre, que aunque no nació allí se identificó y dio todo de sí a la tierra de Pagador.

Mariano Baptista Gumucio.

Historiador, gestor cultural y académico de la Lengua

Honoris Causa para El Duende

En representación de todos los escritores bolivianos, latinoamericanos, universales, de este siglo, de los siglos anteriores, de los greco-latinos, los medievales, renacentistas, barrocos, neoclásicos, románticos, parnasianos, modernistas, ultraístas, existencialistas que han sido convocados por El Duende.

En representación de La Mancha, del Infierno, el Purgatorio y el Cielo de Dante, de Macondo, de Bagdad, de San Javier de la Chirca, de Chuquiago, Oruro y la Llajta, lugares de los que El Duende ha recuperado pensamientos e historias.

En representación de artistas que dejaron muchas cartas dispersas entre periódicos y revistas de pueblos inacabables del mundo, de los músicos, pintores, con los cuales El Duende ha enriquecido sus páginas.

Me permito entregar el nombramiento Honoris Causa al Suplemento Orureño de Cultura El Duende, por haber dejado de ser el suplemento del pícaro duendecillo que regalaba periódicos a granel y haberse convertido en el respetable peso pesado de 500 suplementos, de casi imposible transporte, pero de selecta, grata y quién sabe, inacabable lectura.

Gaby Vallejo Canedo. Académica de la Lengua.

Miembro del PEN Internacional, filial Bolivia

Al buen Duende

Durmiendo a la sombra de la puerta de Alcira Cardona, acurrucado junto al lecho de Luis Mendizabal Santa Cruz o en un simple viaje de tranvía junto a Hilda Mundy, hasta encontrarlo jugando al trompo en la plaza del poeta, corriendo tras la luna en la pampa vacía o cabalgando al lomo del Perro Petardos, el buen Duende, con toda la magia de sus apariciones quincenales, continúa descifrando nombres y astros de la literatura nacional y mundial.

Si bien tuvimos una larga noche de 500 años, ahora tenemos una alegría de 500 números, lo que sólo nos permite soñar en nuevas aventuras de ese travieso, que salta desde un dibujo de Erasmo Zarzuela, se sube al faro de Conchupata y lo transforma en una nave espacial para recorrer aún más el universo con la ayuda de la palabra.

El otro día lo he pillado sacando ensayos de cada agujero de bichitos… es increíble lo que se sabe sobre estética, ética, pintura, música e historia. Y es obvio también, hay que buscar debajo de cada piedra.

Hoy por ejemplo, me crucé con él en la calle. Me ha contado que, de tanto hurguetear en los panales de la poesía con un palito, le picaron mil estrellas y ahora estaba herido de alegría. Estaba tan amena la charla que hemos terminado tomando api con pastel en el mercado y cuento por cuento me ha hecho conocer la noche. Es siempre grato despertar después de 500 sueños y darle la mano a ese bandido.

Saludos Duende… hasta el número 501 y así hasta el infinito.

Sergio Gareca Rodríguez. Oruro.

Premio Nacional “Poetas Jóvenes de Bolivia” 2010

Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos: