Por: Aníbal Abel Alarcón Caparroz - Funcionario de la UTO
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REMINISCENCIA
Corrían los años en que lo más granado de las letras, la literatura y la poesía, se habían asentado en lo más íntimo de la culta población orureña. Esa era la década donde lo mejor plasmada en Antología se difundía en todos los medios de comunicación oral y escrito, y en especial nuestro Matutino "LA PATRIA"; Radio Universidad y en los talleres de la Imprenta Universitaria. Nos referimos a la década de 1970, época de la intelectualidad cultivada por una élite de escritores, poetas, artistas plásticos, novelistas, ensayistas, teatro, música, danza y ballet de estirpe innata, muchos alineados a finas costumbres y cultura europea de modales románticos, fruto de colonias que arribaron de todo el mundo en épocas pasadas. Intelectuales a todo dar como abogados, profesores de talla y otros profesionales que dejaron profunda huella con recuerdos imperecederos en poemarios, fascículos, textos, todos insertados en la revista "Cultura Boliviana", que dicho sea de paso, también se recopilaban obras de otros tantos intelectuales desparramados en varios jirones de nuestro territorio patrio y allende las fronteras. Cabe recalcar que en esa época Oruro era la cuna de la cultura, por cuanto como ejemplo ya se había formado la Unión de Poetas a nivel nacional con sede en nuestra ciudad.
SINGULAR HISTORIA
El implacable paso del tiempo “recoge de la memoria", después de los luctuosos hechos de la dictadura del 17 de julio (1980), hasta el año 1982, cuando se retoma la Autonomía Universitaria, entonces surge de entre "los resquicios", de anterior década un virtuoso personaje; hombre ponderado, como que en el presente, es raro encontrar, de opinión amplia, culto en todas sus manifestaciones; probo en la lectura y escritura, poeta, escritor, ensayista e investigador de los culturas ancestrales y del Carnaval de Oruro. Antropólogo y profesor, conocedor de las maravillas del altiplano andino y su cosmovisión; descubrió junto a otros investigadores las pinturas rupestres y sugirió su conservación; asiduo visitante de la Cultura Chipaya conviviendo con sus pobladores. Autor intelectual para la apertura de museos en nuestra ciudad para la conservación y exposición de objetos líticos y de cerámica de nuestras culturas del Tahuantinsuyo y otras como los Uru Muratos con sus chullpares; propulsor del Museo del Folklore con caretas y disfraces; combinaba labores como asesor cultural de la prefectura del departamento; Yatiri y amante de las costumbres y tradiciones como la k´oa, sahumerios y wilanchas rindiendo culto a la Pachamama y Achachilas, de pensamiento sincrético, superlativo y “muy grande en su línea". Nos referimos a Don Alberto Guerra Gutiérrez, amigo y querendón de la lmprenta Universitaria. Incansable en su producción intelectual plasmando en letras y retazos de papel sus poemarios; textos de consulta; apuntes del Carnaval de Oruro y un facsímil guía turística. No contento con todo eso, propicia varios eventos culturales como coloquios, seminarios, exposiciones, charlas con temas literarios y de actualidad y el Primer Encuentro Oficial de Poetas y Escritores, con la conformación de su primer directorio encabezado por él; y posteriormente el Primer Encuentro de Poetas Latinoamericanos para meses después reunirse en un viaje a Suecia, con connotados poetas y escritores. Todo esto, como responsable de la Casa de la Cultura y Director de Extensión Universitaria de Nuestra Casa Superior de Estudios. Pero fue más allá y embebido de extender intrínsecamente la cultura e irradiar hacia todos los ámbitos de la sociedad, no sólo local, sino nacional e internacional, junto a connotados intelectuales, poetas y escritores, con la colaboración y apoyo económico de la empresa privada, crea "El Duende", suplemento que con su sello y firma de profundo intelecto, está plasmada toda la bizarra personalidad de éste recordado y preclaro personaje.
DEVOTO DE NOCHES CON LUNA FRÍA Y ESTRELLAS NOCTÁMBULAS
Hoy, en homenaje al número 500, en memoria de "El Duende", encendemos una vela por las ondas huellas que ha dejado..., y repican las campanas, al mismo tiempo que cae el telón con la "fugaz aparición", de esa celebridad de la literatura, de la wilancha y de la poesía, lumbrera e identidad que se distinguirá por siempre de los demás. Impronta para la eternidad.
OTROS DETALLES
Con referencia a la producción intelectual, se requiere hoy más nunca un impulso e incentivo a la juventud. Son pocos hasta ahora con ese don espiritual de donde debería abrirse espacios de difusión para que emerjan a la palestra, valores intelectuales, obviando cualquier exclusión, por cuanto las ideas y los valores se respetan y escuchan; por lo que no es justo coartar la libertad de pensamiento.
"No sé si será uno del todo..., este deseo; tratando de predecir el futuro, como si de un espejo se tratara".
Fuente: LA PATRIA
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