EDITORIAL

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

El “Día de la Amistad” en Bolivia nace en la década del 90 cuando una empresa decide imponer la moda de intercambio de tarjetas cada 23 de julio. Por tal motivo se instituyó por “costumbre”, como el día señalado.

Sin embargo, creemos para celebrar la amistad que se tiene entre dos personas, no es necesario establecer una fecha específica, ya que el “Día de la Amistad”, puede ser todos los días, siempre y cuando se la valore como tal.

Pero, ¿qué es la amistad? Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), es un afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.

Amistad es lo principal, si solo estás, quien viene a ti, a levantar tu fe y moral, son tus amigos los que siempre te vendrán a ayudar. La mano amiga que se tiende sin pensar eso es amistad, si enfermo estás, tendrás también un corazón en quien confiar.

Ya que posteriormente, por distintos motivos o razones, esos caminos deben ser distintos, dejando como legado los recuerdos de momentos inolvidables. Son pocos los casos, en la que la amistad perdura hasta la muerte, sin interés alguno.

Es necesario hacer esta reflexión porque lamentablemente en la actualidad no se percibe este valor, por el contrario predomina la hipocresía y la traición, que son las caras opuestas de ese sentimiento que llega a unir a las personas.

Muchos de nosotros y seamos francos, principalmente en el entorno social orureño, las personas se dedican a hablar bien cuando se encuentran frente a frente con otro ser humano, sin embargo, cuando se van, llegan los insultos, se hablan mal de ellos, se prenuncian conceptos malos o erróneos.

Es una tara que debemos superar como individuos, lo que demuestra que no somos perfectos y menos sabemos cultivar una “verdadera” amistad. Ya que denominamos “amigos” a las personas que las buscamos, sólo cuando las necesitamos o debemos sacar provecho para conseguir algún objetivo a través de un interés determinado.

En fin, podríamos decir muchas cosas más, pero lo mejor será callar y hacer un examen individual, direccionar el concepto que tenemos de la amistad y aplicar ese valor en su verdadera dimensión para construir un mundo mejor. Y si se tiene un amigo, en toda la dimensión de la palabra, será conveniente cuidarla y preservarla hasta el fin de nuestros días.

Fuente: LA PATRIA