Loading...
Invitado


Viernes 20 de julio de 2012

Portada Principal
Perspectiva Minera

La alternativa ineludible del presente para asegurar el futuro del país: Uso racional de nuestras riquezas

20 jul 2012

Fuente: LA PATRIA

El problema está en establecer prioridades en base a la toma de conciencia de quienes quieren asegurar el futuro desarrollo que anhelamos los bolivianos • En todo caso no se puede permitir que presiones sectoriales ejercidas por las minorías de ciertas regiones pongan en riesgo el bienestar de la mayoría

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

La serie de hechos sucedidos en el rubro de la minería en los días pasados han abierto una brecha entre quienes creen que la alternativa del crecimiento del país debe sustentarse con el beneficio que generará el uso racional de nuestros recursos naturales como la riqueza petrolera y gasífera por un lado y la minería por otro, frente a la resistencia de unos pocos que se oponen al proceso extractivista de esos recursos, bajo argumentos de abierta defensa del medio ambiente. Surge una tercera posición de aquellos que creen ser capaces de impulsar los grandes proyectos de hidrocarburos y minería por cuenta propia, esperando que el Estado contribuya – de algún modo – a esa inquietud.

En el caso petrolero ya se han hecho varios experimentos y después de más o menos vueltas, procesos de nacionalización de por medio, se reconoce que es ineludible la participación de capitales externos para hacer realidad el proyecto de extracción de petróleo y gas.

En el caso de la minería la situación tropieza con una serie de actitudes que, lejos de garantizar su sostenibilidad, alteran los proyectos poniendo en riesgo las inversiones, cuando además de permitir la presión de comunarios originarios avasalladores, se remata el hecho con medidas como la reversión de concesiones, o, lo que es peor, la nacionalización de esas minas.

Los hechos que se han registrado recientemente muestran el caso de los mineros cooperativistas y los asalariados en Colquiri, en otro lado el caso de Mallku Khota, en fase de exploración aún sin entrar en el proceso extractivo, aunque ciertos “mineros furtivos” extraen oro de manera rudimentaria y no quieren perder tal alternativa, acudiendo al fácil expediente de evitar cualquier operación en defensa del medio ambiente, negando el derecho de sus hermanos de región a tener acceso a mejores condiciones de vida, gracias precisamente a la generación de regalías y planes sociales de desarrollo en las comunidades del sector minero.

Quienes se aferran a rechazar actividades mineras, alentados por corrientes medioambientales, pero sin sugerir alternativas concretas que sustituyan a las que genera la minería como fuentes de empleo seguro, regalías para fomentar proyectos de educación, salud, caminos y otros beneficios están poniendo en riesgo la seguridad de toda una generación, la presente y la futura de aquellas comunidades tan olvidadas y desamparadas, precisamente por falta de esos recursos que pueden ser logrados con actividades rentables como minería o petróleo.

En el tiempo presente no es posible pensar en corrientes que se opongan al derecho de los bolivianos a vivir de sus grandes riquezas petroleras, gasíferas y mineras, exigiendo en cualquier caso el cumplimiento de las leyes que están en vigencia para respetar y cuidar el medio ambiente, garantizando en cualquier caso la obligada remediación ambiental, allí donde se pueda afectar el ecosistema. La minería moderna sabe de esas responsabilidades.

Los expertos en desarrollo sostenible concuerdan en utilizar nuestras riquezas naturales logrando que los réditos que produzcan petróleo, gas y minerales apunten de manera planificada a impulsar los proyectos alternativos de la diversificación productiva, pensando en la agricultura, ganadería, turismo y artesanía, de modo que en un futuro próximo sean esos rubros que vayan fortaleciendo por muchos años los que paulatinamente se vayan reduciendo en las áreas de hidrocarburos y minería, cosa que sucederá más allá del siglo venidero, como aseguran los estudiosos del fenómeno natural del uso de los recursos naturales.

Lo que se puede observar es que todavía en el país no se han definido las estrategias del crecimiento productivo en función de las necesidades reales del crecimiento vegetativo. Cada año es mayor la necesidad de alimentos, pero también de servicios básicos y complementarios para una población que exige sus derechos y que no es satisfecha apropiadamente al fallar los planes más simples de prioridades y su ordenamiento correspondiente, como la obtención de recursos económicos a través del uso de nuestros recursos naturales no renovables, definiendo su uso de manera estricta en el fortalecimiento de los planes alternativos de productividad natural en áreas diversas y debidamente preparadas para el crecimiento de la agroganadería y sus derivados.

La alternativa en la perspectiva nacional debería ser analizada en una gran instancia superior, en la que entendidos de todos los sectores contribuyan con planes concretos a resolver los problemas que afectan el país, bajo la línea que marcan los jerarcas de la economía nacional, mencionando las macrocifras de nuestras reservas, pero admitiendo implícitamente que existe pobreza en el país aunque sin definir estrategias para combatir esa situación que muestra las diferencias en un país rico en recursos naturales y la existencia de grupos que se oponen, con el respaldo –malinterpretado– de disposiciones contenidas en la CPE, que se refieren a tierra y territorio, suelo y subsuelo y que merecen una reglamentación precisa para evitar las trabas que en la actualidad están poniendo en riego los derechos de la mayoría de bolivianos para vivir mejor.

Medios – Agencia Uru

Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos: