Renuncia de Papadimitriu sorprende movido a gobierno panameño
16 jul 2012
A juzgar por las reacciones, desde el mismísimo presidente panameño Ricardo Martinelli, hasta su voz pública, el vocero Luis Eduardo Camacho, la presunta renuncia del Ministro de la Presidencia, Demetrio Papadimitriu, sorprendió al liderato del gobierno.
Todo parece una película silente de Chaplin a la hora de buscar confirmaciones y explicaciones: nadie habla, y el que lo hace es monosilábico, parco y apenas gesticulador. Nadie quiere asir el rescoldo a mano limpia porque la renuncia, de serla, es carbón de barbacoa.
Hay movimiento y cruce de miradas, se ejecutan órdenes en sordina o gritadas, según su grado de complejidad, pero todas dirigidas a ganar tiempo y buscar una salida decorosa si las gestiones de los mediadores con el dimitente fracasan.
Las preguntas del por qué de la renuncia pululan en los medios, proliferan las especulaciones y se hacen más agudas en la misma medida en que el silencio es más profundo y se presienten las prohibiciones de hablar. Los periodistas no pueden penetrar esa pesada atmósfera.
Pero el diario La Estrella, con todo y el secretismo de Martinelli, mantiene en su página la primicia, y ya eso es noticia que alimenta la especulación de que el propio Papadimitriu se la sirvió en bandeja de plata.
Otro rotativo, Panamá América, fue el último en enterarse, y contra el río de rumores de todos los colores, mantuvo como cintillo principal la evasiva de Martinelli sobre las aguas del Sixaloa cuando dijo al lado de la presidenta costarricense Laura Chinchilla desconocer lo que sucedía. Alguien comentó que tal vez su celular quedó sin carga, y los de sus ayudantes también.
Se esperaba que hoy los diarios encabezaran sus portadas con la explicación oficial de lo ocurrido, pero nada. Unos dicen que porque aún siguen negociando con Papadimitriu, otros que la hecatombe es demasiado fuerte.
Quién sabe si ambos tienen razón. El analista Renato Pereira compara la presunta salida del influyente ministro con un hueco político tan grande como el déficit presupuestal de este año.
De lo que no hay dudas -al parecer- es que las reuniones en grupos o separadamente, con los ministros, no han cesado desde ayer, pero ninguna trasciende en los acostumbrados Twitter. Es como si las cuentas se hubieran cerrado al unísono, como cuando se acallaron los celulares en la comarca ngöbe buglé.
El líder de la juventud del Partido Popular, Carlos Eduardo Rubio, se cuestiona cómo caminará el Presidente si no tiene a un vice de su lado, ni un coordinador como Papadimitriu.
Y la pregunta elemental que se multiplica con montones de matices: ¿fue el anuncio de expropiación sin indemnización de los terrenos de Juan Hombrón el detonante, o simplemente el motivo de una renuncia con una cola mucho más larga?
¿Por qué el hombre más influyente del gobierno decidió salir ahora del círculo del poder?, es otra de las interrogantes en circulación.
Las preguntas, comprometedoras todas, tabletean en ráfagas en las páginas de diarios y entre comentaristas y politólogos. Pero el silencio oficial persiste.
Tomado de Prensa Latina
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