La tea de Murillo permanece encendida 203 años como símbolo de libertad
16 jul 2012
Fuente: LA PATRIA
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La tea que Pedro Domingo Murillo dijo antes de su colgamiento, no se apagaría jamás, permanece encendida en La Paz, como un símbolo de libertad que se trasunta en su 203 aniversario del grito libertario del 16 de julio de 1809, momento histórico que fue un aporte para que el Alto Perú consiga su independencia del yugo español, el 6 de Agosto de 1825, con la firma de un Acta.
Hoy, los paceños están de fiesta por sus efemérides departamental, que estará matizada con una serie de celebraciones, principalmente cívicas, culturales y el regalo que el Gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) les hará hoy, cuando el Presidente Evo Morales suscriba el inicio de construcción de un teleférico, que será un aporte a la modernidad en ese departamento y que unirá las ciudades de La Paz y El Alto.
HISTORIA
La revolución libertaria que se inició el 10 de Febrero de 1781 en Oruro, con la proclama de Sebastián Pagador, para formar una Patria independiente, repercutió a lo largo de los años, con una serie de alzamientos armados en las ciudades del Alto Perú, en contra del Ejército de la Corona española.
En La Paz aquel hecho no estuvo ausente, cuando Fray Manuel Mercado y Mariano Michel transmitieron a los paceños la idea de la emancipación del yugo español.
El 16 de julio de 1809, uno de los cabecillas del movimiento fue Pedro Domingo Murillo, quien se dirigió a la Plaza con vítores por la libertad. Los revolucionarios se entusiasmaron y formaron un frente patriota, que se alzó contra el Ejército español.
Tomaron presos a los oficiales de la unidad militar, asimismo, lograron la renuncia del gobernador, Tadeo Dávila y de todas las autoridades civiles de La Paz.
Posteriormente, se formó una junta de gobierno que fue denominada “Junta Tuitiva”, Murillo asumió la dirección de ese órgano, tras ser nombrado presidente y jefe de armas.
Dicho ente emitió una proclama al pueblo de La Paz, sosteniendo como base la independencia que habían conseguido, pero faltaba consolidarla.
En la proclama se estableció: “Hasta aquí hemos tolerado una especie de destierro en el seno mismo de nuestra Patria. Hemos visto con indiferencia por más de tres siglos, sometida nuestra primitiva libertad, al despotismo y tiranía del usurpador injusto que degradándonos de la especie humana nos ha mirado como esclavos…”
Pedro Indaburo, uno de los líderes del movimiento revolucionario, se resintió y como no se le dio la cabeza de la Junta Tuitiva, traicionó días después a Murillo, que fue apresado por el Ejército español.
Antes de morir en la horca, Murillo expresó una de las frases más célebres de la Independencia y que hoy sobrevive perenne en el sentimiento de la paceñidad: “La tea que dejo encendida nadie la apagará, ¡Viva la libertad!”.
Fuente: LA PATRIA
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