Con una medida que se cumplió en la Terminal de Buses, cerrándola al servicio de los pasajeros que salen de nuestra ciudad hacia otros destinos del interior se destaparon los reclamos de centenares de usuarios que se quejaron por las deficiencias en los servicios que ofrecen las empresas de transporte de pasajeros que con muy contadas excepciones, casi todas incumplen deberes que están consignados en sus responsabilidades de atención al pasajero y que inclusive se utilizan como parte de una propaganda que señala muchas cosas que en la mayoría de buses ya no funcionan.
Para aclarar el panorama, son dos o tres las empresas que cumplen con sus horarios de salida, aunque en la calle y fuera de la terminal pierden precioso tiempo por atender a indisciplinados clientes que abordan las movilidades en las esquinas próximas al embarcadero oficial.
La propaganda de las “flotas”, incluyen servicios adicionales como TV a colores, asientos reclinables, baño, calefacción, hasta aire acondicionado y lo más importante comodidad y seguridad, precisamente estos dos últimos elementos ausentes entre las condiciones que el pasajero espera disfrutar en un viaje generalmente mayor a tres horas para llegar a destino.
Choferes prepotentes que no admiten reclamos, indisciplinados al incumplir las prohibiciones de embarcar pasajeros en esquinas de la ciudad o, peor aún, en algunas poblaciones de la ruta de viaje, aspectos que demoran el cumplimiento de horarios, molestia de pasajeros que deben someterse a los caprichos del conductor que sin ninguna consideración dispone el único pasillo de los buses como sitio para que más gente se acomode, bajo esa frase conocida de “al fondo hay sitio”.
No hay autoridad que ponga orden en este caos del servicio de transporte de pasajeros, especialmente interdepartamental, pues el interprovincial es mucho más caótico e irregular en todo sentido, el sistema urbano igualmente tiene tantas irregularidades que los pasajeros deben soportarlas sólo por urgencia de movilizarse entre barrios de la ciudad para cumplir obligaciones.
El Organismo Operativo de Tránsito es más nominal que efectivamente servicial para eliminar todos los problemas que se mencionan y que sólo son algunos de otros muchos que se producen diariamente y de los cuales son víctimas los eventuales pasajeros. En la ciudad, minibuses y micros llevan pasajeros en exceso (como en lata de sardinas), desde ciertos horarios ya no cumplen sus rutas fijas y sólo trabajan en medio recorrido pero cobrando tarifa completa.
El estado de mantenimiento de esas movilidades de servicio público deja mucho que desear, técnicamente como también en su estructura interior, con asientos en mal estado, vidrios que no cierran, desaseo permanente, y en los servicios interdepartamentales, según denuncias, los pasajeros comparten el espacio interior con una suerte de animales como ovejas, gallinas y perros.
Ese es el estado de situación del transporte de pasajeros, a vista y paciencia de las autoridades que no pueden aplicar sanciones a los infractores y permiten la vigencia de un servicio caótico, inadmisible, altamente molestoso y peligroso.
Fuente: LA PATRIA
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